Las huellas de San Isidro salen del pozo

La boca del pozo del milagro de San Isidro apenas levanta dos palmos del suelo. Para llegar a, ella hay que atravesar varias habitaciones de la llamada Casa de los Condes de Paredes, donde vivió el patrón de Madrid. El edificio, ubicado junto a la plaza de los Carros, es prisionero de un plan de municipal de rehabilitación que le mantuvo tapiado durante muchos años.En concreto, durante 22 años los madrileños no han podido cumplir con la tradición de visitar el pozo el día de su patrón. La vieja casa se había convertido en un solar vallado después de ser derribada en 1977.

Este año, quizá el 15 de mayo como desea el Ayuntamiento, los madrileños podrán asomarse a sus 32 metros de profundidad y nueve siglos de historia y rememorar el milagro del santo que, con sus oraciones, hizo subir las aguas del pozo para rescatar al hijo de su patrón, Iván de Vargas., que había caído en él.

El pozo de los milagros será la primera dependencia de la casa de San Isidro que se abra al público. El resto tendrá que esperar por lo menos hasta el año que viene por falta de presupuesto.

Las obras acometidas hasta ahora han costado 320 millones de pesetas, pero faltan aún otros 300 para terminar el proyecto, que no aparecen en los presupuestos municipales de 1994.

El Ayuntamiento de Madrid consiguió en marzo de 1986 el solar, de 1.833 metros cuadrados, gracias a un intercambio con la urbanizadora Urbis. Sobre el solar se alza ahora una reconstrucción del antiguo edificio, del que están completadas las fachadas y la estructura interior.

Falta aún por reconstruir el claustro, de piedra, del que se conservan algunos capiteles y columnas, almacenados ahora en el propio solar. El proyecto de reconstrucción incluye además, crear una sala de exposiciones y restaurar la antigua capilla, el único elemento que quedaba en pie.

Cuando terminen las obras, el palacio albergará el Museo de San Isidro, una de las previsiones frustradas del Consorcio de la Capitalidad Cultural.