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Más de cien personas mueren en EE UU por una ola de frío polar

Antonio Caño

La naturaleza decidió aliarse contra Estados Unidos, donde una cruel ola de frío vino a sumarse en la costa este a los efectos devastadores del terremoto de Los Ángeles. De hecho, el frío ha resultado más dañino aún en víctimas, y se ha cobrado ya por lo menos cien vidas humanas, además de paralizar por completo la actividad en varios Estados, en tres de los cuales, incluida la capital, Washington, ha sido declarado el estado de emergencia.

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BULTOS HUMANOS FRENTE A LA CASA BLANCA.

Ayer cerraron en Washington todas las oficinas públicas y el Capitolio. Más de 350.000 funcionarios que no son considerados imprescindibles se quedaron en sus casas. El Gobierno pidió también a los negocios privados que cerraran sus puertas con objeto de contener la demanda de energía. Las empresas distribuidoras de gas y electricidad interrumpen periódicamente sus servicios para evitar un colapso total provocado por la extraordinaria necesidad de calefacción en los hogares.Las universidades y los museos también han cerrado. El presidente, Bill Clinton, suspendió un discurso que debía pronunciar ayer en la universidad de Georgetown para hablar del primer aniversario de su gestión. La primera dama, Hillary Rodham, suspendió también un viaje a Filadelfia relacionado con su campaña sobre la reforma sanitaria.

En la ciudad de Washington se han alcanzado en los dos últimos días temperaturas inferiores a los; 20 grados bajo cero. Esta cifra ha sido incluso rebasada en otras ciudades del noreste y el medio oeste, como Chicago, Detroil. y Columbus (Ohio), donde el termómetro ha llegado a los 40 y 50 grados bajo cero, lo que constituye la peor ola de frío en casi. dos décadas. En Nueva York, el suelo completamente cubierto por una capa de hielo hacía ayer casi imposible la circulación.

Accidentes de tráfico

El hielo provocó también accidentes de tráfico en Washington. Bomberos y otros servicios municipales no dan abasto para arrojar arena y sal sobre las carreteras con el fin de hacerlas mínimamente transitables, pero eso sólo alcanza a la grandes avenidas. Todas las personas que viven en las afueras, que son la mayoría, se encuentran prácticamente aisladas.En total se calcula que unos 75 millones de norteamericanos de estas regiones del país se han visto afectados por el frío. Todavía es incalculable el número de horas de trabajo perdidas por culpa de las condiciones climatológicas. Sólo en Washington, los comercios pierden un millón y medio de dólares (210 millones de pesetas) en ventas por cada día de inactividad.En varias ciudades han estallado tuberías, se han desplomado árboles y se han congelado depósitos. En algunas oficinas se han estropeado los sistemas informáticos.Los meteorólogos han anunciado una ligera suavización de las temperaturas para los próximas días, aunque seguirán estando por debajo de cero en casi todas las ciudades del noreste y el medio oeste. Las autoridades han impartido instrucciones a la población sobre cómo hacer frente a esta situación.Mientras, Los Ángeles trata dificultosamente de recuperar la normalidad tras el terremoto. Dos nuevos temblores de 5,1 grados en la escala de Richter en la tarde del miércoles, justo mientras Clinton visitaba las zonas siniestradas, hicieron de nuevo cundir el pánico. Más gente optó por abandonar su casa después de esas dos sacudidas, y multiplicó la urgencia de proveer techo, servicios de limpieza y alimentos a las 20.000 personas que viven a la intemperie.

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