Los niños tocan la biología en una muestra del Museo de la Ciencia
Cientos de chavales se lanzaron ayer como locos a aprender biología y sus posibles aplicaciones técnicas mientras manoseaban, e incluso estropeaban, los elementos interactivos de Bio-Pop, la expoición francesa inaugurada ayer en el Museo Interactivo de la Ciencia de Alcobendas. Pero ése es precisamente el objetivo de la última adquisición de Acciona: "Poner la investigación al alcance de la mano de los chavales", según explica Paco de Blas, el director del museo.En las distintas mesas que componen la muestra, los estudiante de EGB y de BUP iniciaron así, mediante juegos, su aproximación a una ciencia novedosa: la biotecnología. ¿Qué alimentos requieren un proceso de fermentación bacteriana para su elaboración?, ¿es posible acabar definitivamente con el paludismo? o ¿puede nacer un híbrido entre un león y una tigresa?, son preguntas que, a poco que los jóvenes buscasen, tenían una respuesta en alguno de los 36 elementos manipulables. IguaImente, la ingeniería genética, el tratamiento de aguas y las vacunas también podían tocarse ayer.
Agrupados en 12 mesas, "seis para dar a conocer cómo se organiza la vida sobre la Tierra y seis para enseñar *las aplicaciones más cotidianas de la biotecnoloía", algunos juegos no resistieron lo primeros envites de los impetuosos chavales. Pero este hecho no preocupa en exceso a De Blas: "Sin duda, es una exposición que, al igual que el resto del museo, va a sufrir mucho desgaste, y si los niños nos quieren volver locos habrá que reponer muchos elementos a medida que se estropeen, pero vale la pena". De hecho, en La Cité des Sciences de París (La Villete), donde BioPop ha estado abierta año y medio, la exposición estaba planteada de la misma forma.
La longevidad de un ratón
Isabel, una estudiante de 2º de BUP del Instituto Móstoles IX, reconocía ayer que lo único que había aprendido era que los ratones pueden llegar a vivir tres años. Pero apenas había comenzado a jugar y' todavía no le había cogido "el tranquillo". Quizá se debía a la poca espectacularidad visual (buscada) de los ejercicios planteados y a que "BioPop no se puede visitar pasivamente", según avisa De Blas. "La información que se recibe en cada elemento es necesaria para la comprensión del siguiente".Un poco desconcertados al principio, los compañeros de Isabel que se tomaban la ciencia en serio, o sea, como un juego, se animaron a seguir sobando nuevos entretenimientos. Ana y Consuelo, sus profesoras de física, sólo echaron en falta "un itinerario mejor marcado" y tuvieron que reconocer que desconocían algunas de las respuestas.
Bio-Pop, hasta el 30 de julio, en el Museo Interactivo de la Ciencia (Pintor Murillo, s/n, Parque de Andalucía). Alcobendas. Teléfono 661 39 09.
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