La inocencia de un alcalde de IU
Decía la pensadora y filósofa Agnes Heller (Budapest, 1929) que sólo las ideas convierten a las personas en fanáticas, no el descontento social o el sufrimiento.Con la inhabilitación de Carlos Penit, por sentencia judicial y en función de los delitos cometidos, parece que se ha desatado en algunos sectores de la población pinteña la idea, fomentada desde sectores interesados y desde el comunicado buzoneado en todas las casas de Pinto (Madrid) por el equipo de Gobierno municipal, de haber condenado a unos inocentes...
No es legítimo dirigirse a los sentimientos de las personas, a la sensibilidad, para que actúen sobre hechos y acontecimientos que deben ser atendidos con la razón. Tengamos cuidado y no nos dejemos llevar por la sensiblería fácil, la pena y la ternura hacia los condenados, porque la ley se ha hecho para que todos la cumplamos, y los jueces han dicho a Carlos Penit y al señor Ontaneda que han cometido prevaricación, y eso es muy grave.
Sería interesante y adecuado que nos reformáramos, que conociéramos la ley y el alcance de los delitos cometidos, porque quizás estemos dando la cara y defendiendo -manipulados por personas interesadas en que todo siga igual y por, ideas equivocadas y confusas- a quienes, según los tribunales, de justicia, metieron la pata, la mano y parece que se rieron de todos nosotros, reiteradas veces, aprovechando sus cargos públicos... Hoy se ha demostrado, a la luz de la ley, que son culpables y los tribunales les han condenado. Sería una actitud fanática y una complicidad decidir su inocencia con firmas, para eso ya están los tribunales que tienen esa función en un Estado de derecho.
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