51 Estados islámicos reclaman a la ONU el ataque a los serbios de Bosnia
Hoy se reanuda la Conferencia de Ginebra sobre la antigua Yugoslavia. Dos planes fracasados de paz y 21 meses de guerra son el pobre bagaje diplomático anterior. Ayer, ocho ministros de Exteriores de la Organización de la Conferencia Islámica, en representación de 51 Estados, exigieron el levantamiento del embargo de armas a los bosnios e instaron al secretario general de la ONU, Butros-Gali, a apoyar el bombardaeo de posiciones serbias en tomo a Tuzla y Srebrenica.
Cuando los representantes bosnios, con el presidente Alia, Izetbegovic a la cabeza, pisen hoy la sala de negociaciones en el edificio de la ONU en Ginebra llevarán en el bolsillo una baza importante: el rotundo apoyo de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), que reune a 51 países islámicos. Los ministros de Exteriores de Pakistán, Irán, Turquía, Egipto, Malaisia, Túnez y Senegal, con la presencia de Arabia Saudí como observador, denunciaron ayer en un duro comunicado de tres páginas "las tremendas presiones diplomáticas [sufridas por Sarajevo] para aceptar la partición de su soberanía". Los ministros, que hablaban en nombre de los 51 países de la OCI, apoyan el levantamiento del embargo que impide armarse a los musulmanes de Bosnia e instan al secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, que impulse el plan de bombardear las posiciones serbias.El informe del representante especial de Butrós-Gali en la ex Yugoslavia, Yasushi Akashi, sobre el plan para la reapertura del aeropuerto de Tuzla fue entregado a última hora de ayer al secretario general de la ONU. En dicho informe, Akashi desaconseja los bombardeos contra las posiciones serbias en Sarajevo, Tuzla y Srebrenica porque "podrían ser contraproducentes".El cambio de Mate Boban
El escenario está preparado por enésima vez. Los prótagonistas serán los mismos: los presidentes de Serbia, Slobodan Milosevic; de Croacia, Franjo Tudjman y de Bosnia, Alia Izetbegovic. La única modificación se produce entre los delfines, entre Radovan Karadzic y Mate Boban. Este último, presidente de la llamada Herzeg-Bosna croata, ha sido discretamente reemplazado por Mile Akniadzic, un antiguo miembro de la presidencia colectiva de Bosnia.
Todos llegan a esta nueva reunión con las posiciones más encontradas que nunca. Izetbegovic, que está cada vez más fuerte en el terreno militar -hecho reconocido ayer por la Fuerza de Protección de la ONU-, pide la disolución de la conferencia de paz por su incapacidad para frenar la guerra y ofrecer una solución justa.
Por otra parte, fuentes de la ONU en Nueva York, citadas por la agencia France Presse, aseguran que está próximo el relevo del comandante en jefe de Unprofor en la ex Yugoslavia, Jean Cot, quien al parecer ha presentado su dimisión. Tanto Cot como el también relevado general Francis Briquemont, jefe de Unprofor en Bosnia-Herzegovina -quien deja el puesto en febrero-, se han quejado de la falta de medios Con los que cuentan, los cascos azules para hacer su trabajo.
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