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El caso de Mustafá

Los casos más difíciles de curar son similares al de Mustafá, un africano indocumentado de 34 años que lleva cuatro en España. Pertenece, según Pedro Samblás, al 80% de pacientes de Karibu que padecen problemas de ansiedad. "Vino por primera vez en abril de 1992 aquejado de una infección urinaria. Tenía antecedentes de taquicardia.Tras varias consultas, como persistían los mismos síntomas, se le hicieron pruebas y se detectó una infección urinaria crónica. Pero siguió viniendo cada vez con más asiduidad, y en un determinado momento se le sugirió una consulta con el psicólogo. Hemos visto cómo, poco a poco, su caso ha derivado en problemas de ansiedad con temblor de manos, dolor torácico, palpitaciones. Comenzó un tratamiento con psicofármacos, y en marzo de 1993 se le sometió a nuevas pruebas y a una entrevista psiquiátrica en profundidad. Tiene insomnio, sufre olvidos frecuentes... ".

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Salud sin documentos

Félix Barrena recuerda que muchas de estas personas han sufrido persecución política y han dejado en su país de origen a sus familias. "Ellos se han salvado, pero temen que sus hijos no. Esto genera tremendos problemas psíquicos, agravados por la dificultad de adaptarse a una cultura y una lengua distintas".

Cada día, unos 25 inmigrantes, en su mayoría indocumentados, acuden a Karibu y utilizan esta palabra no con su significado original -dar la bienvenida en la lengua suajili-, sino para referirse a una ONG a la que llegan en busca de asesoría legal, clases de español, asistencia sanitaria, ayuda para encontrar vivienda y trabajo o, simplemente, compañía y cariño.

Un zumo de limón

"La primera vez vienen generalmente con un problema físico", afirma Samblás; "la semana siguiente y la otra están de nuevo aquí, y al final se ve que la causa de sus dolencias está en el cambio de hábitat o en la nostalgia. A menudo vienen sólo para charlar con uno de los médicos, al que consideran su amigo... Cada médico tiene sus fans".

Y cada caso representa un mundo. María Criado cuenta cómo se quedó sin palabras cuando, tras recetar agua con zumo de limón a un niño con diarrea, su madre le preguntó si creía posible preparar zumo de limón cuando se vive en un túnel de metro.

El centro para refugiados extranjeros de la Cruz Roja ofrece en Madrid un programa de Formación y prevención para la salud, concertado con esta comunidad autónoma. Sin embargo, únicamente una minoría puede acceder a él: los solicitantes de asilo y refugio y los inmigrantes. Los primeros tienen derecho a asistencia sanitaria mientras se toma una decisión definitiva para su caso (según la CEAR suele transcurrir un año) . Los inmigrantes cuentan con permiso de trabajo, pero sólo tienen acceso a las prestaciones de la Seguridad Social si están cotizando.

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