La firma norteamericana no descarta presentar un plan de reflotamiento alternativo al de los nuevos gestores

La firma norteamericana Morgan, en su deseo de colaborar con los nuevos gestores, no descarta presentar un plan de reflotamiento alternativo. Sin embargo, muchos analistas de bancos rivales creen que lo prudente es no hacer nada. "Morgan querrá seguir haciendo negocios en España y no le conviene enfrentarse con el banco central", opina Lawrence Kohn, analista en Paine-Webber.La negativa de J. P. Morgan a firmar el recurso contra la intervención de apelación de Conde es, a su juicio, un ejemplo de la prudencia que está demostrando el banco. Para Arthur Soter, de Morgan Stanley, el banco de negocios estadounidense se esforzará en contener el daño que está sufriendo su reputación.

Uno de los interrogantes abiertos en estos momentos es si la crisis de Banesto dejará secuelas en el negocio de J. P. Morgan como banco de inversiones. Arthur Soter cree que el fracaso de la inversión "ha sido un bochorno para una institución financiera del prestigio de Morgan, pero es un caso aislado que no impedirá a Morgan situarse a la cabeza de las finanzas internacionales". Otros analistas sí creen que el banco puede perder algo de impulso como banco de inversiones.

La crítica más extendida es el conflicto de intereses al que se expuso Morgan en Banesto: apoyaba a un cliente con el dinero de otros clientes, además de ser accionista y sentarse en el consejo del banco.

Morgan, banco comercial resultado de la fusión entre la banca Morgan y el Guaranty Trust, decidió hace algunos años cambiar su estrategia y convertirse en un banco de negocios que ofreciera servicios a sus clientes con el apoyo de su propio capital. Redujo su actividad bancaria comercial y potenció las áreas de corporate finance (fusiones y adquisiciones, etcétera), tesorería y colocación de emisiones públicas. Fue precisamente Roberto Mendoza quien construyó prácticamente de la nada el negocio de Morgan como banco de inversión.