Mendoza no dimite, se alinea con la plantilla y se distancia de sus directivos

Demasiado ruido para tan poco mensaje. La esperada comparecencia de Ramón Mendoza, el presidente del Real Madrid, ante los medios de comunicación no respondió a la expectación, desatada. Sobre su salida del club aclaró poco: decidirá la fecha de la convocatoria de elecciones al final de la temporada. Criticó el comportamiento de algunos de sus directivos en los últimos días y amenazó con expulsarles si seguían moviéndose para ganar posiciones en la contienda electoral por su sucesión. Mendoza, además, se mostró particularmente unido a los iugadores.

Ni dimite, ni se presenta a la reelección. A Ramón Mendoza le queda un año de mandato, y aunque no piensa cumplirlo en su totalidad, tampoco lo abandonará precipitadamente. Al final de temporada, "con el debido respeto y celeridad", decidirá la fecha que mas le convenga al club para convocar- elecciones a la presidencia. "Me habría parecido una temeridad", dijo, "convocarlas en plena competición. Yo, que ya no tengo nada que ganar ni que perder, no me puedo arriesgar a que se me acuse de desestabilizar más todavía los equipos de fútbol y baloncesto. No soy un cobarde y jamás arrojaría la toalla. No lo he hecho en nueve años y tampoco ahora. Cuando acabe la temporada buscaré el momento oportuno".El presidente aseguró que su postura actual no ha variado tras la clasificación del equipo para los cuartos de final de la Copa del Rey. "Prueba de ello"', aseguró, "es que antes del encuentro, a las seis de la tarde, me puse en contacto con la plantilla sin avisar a mis directivos y dije que no iba a dimitir pasara lo que pasara. Que moriríamos juntos deportivamente". Durante toda su alocución se mostró estrechamente unido a los jugadores, a los que defendió por "haber adoptado una conducta intachable".

Se distanció, en cambio, de sus directivos. Así, se mostró muy molesto con algunos de ellos, no identificados, a los que acusó de filtrar informaciones perjudiciales para la estabilidad de la entidad. "Si los identifico", aseguró, "los echaré". También recurrió a las amenazas para frenar la guerra desatada en torno a su sucesión.

"Aquí", afirmó, "ni hay herederos, ni delfines, ni luchas internas por el poder. Tampoco las voy a consentir en el futuro. El que esté interesado en una posible contienda electoral lo que tiene que hacer es marcharse. Y si no se va, lo ceso de inmediato. Las campañas electorales, conducidas de esta forma, no van a ningún lado. De momento, no detecto nada de esto, pero si fuera así lo cortaría de inmediato. Yo cuando mando, mando".

Por si acaso, Mendoza desautorizó a sus vicepresidentes, Mariano Jaquotot y Lorenzo Sanz, los abanderados de las dos candidaturas visibles, para intervenir en la conferencia de prensa. Con todo, ambos hablaron cuando concluyó la reunión. "Cuando llegue el momento de la marcha de Mendoza", se limitó a decir Sanz, "decidiré mi postura. Llevo 12 años junto a Jaquotot y nuestras relaciones siguen siendo buenas".

Mariano Jaquotot fue, algo más extenso: "Cuando se conozcan las fechas de las elecciones el que decida presentarse, lo hará, y el que no, se quedará en su casa. Daré a conocer mi Posición entonces. Sería absolutamente irresponsable realizar algún tipo de campaña dentro o fuera del club si vamos a permanecer juntos todavía. Hasta que no haya elecciones, no habrá grupos. Hasta entonces, no existen".