¿Fracaso de la reforma sanitaria?
Quisiéramos hacer algunas consideraciones al artículo sobre el fracaso de la reforma sanitaria. Dicha reforma, dicen los articulistas, ha basculado sobre la mejora de la atención primaria, por razones ideológicas y económicas; sin embargo, es más cierto que ésta se pone en marcha como respuesta a las necesidades del momento: masificación en los consultorios, largas esperas, relación médico / paciente inadecuada. Atención exclusivamente médica, con criterios científicos obsoletos. Infrautilización de las enfermeras realizando tareas de apoyo a los médicos, etcétera.¿Qué significa poner un énfasis exagerado en la salud pública?
Realizar campañas de prevención sobre enfermedades que afectan a la comunidad y realizar programas de vacunación frente a las que se pueden prevenir, en niños y adultos. Diseñar, aplicar y evaluar protocolos de actuación conjunta para prevenir la enfermedad coronaría, mediante el seguimiento de pacientes hipertensos, obesos, con dislipemias y con abuso de alcohol y tabaco. Poner en marcha programas para la mujer, donde se contemple de forma preventiva los problemas específicos del ser mujer: planificación familiar, prevención del cáncer de mama y cérvix, seguimiento de los problemas secundarios a la menopausia.
¿Es exagerado realizar actividades educativas para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos en adolescentes y el sida?
Es difícil de comprender que para disminuir el poder de los médicos se potenciara el poder de la enfermería: hoy como entonces a las enfermeras se nos utiliza; ayer, como motor de la atención primaria; hoy, como responsables del coste de la misma.
Somos un colectivo profesional que cambió su formación académica para adecuarla a los cambios sociosanitarios, ganando su lugar en el equipo de salud, con competencias y responsabilidades propias en el ejercicio de la profesión.
Es lógico que exista un conflicto entre dos profesiones que trabajan una al lado de la otra; el mismo el en parte consecuencia del no reconocimiento del otro y de la historia de sumisión, dependencia y ostracismo al que estuvo sometida la profesión de enfermería por el poder del médico.
La lucha por la emancipación profesional está siendo difícil, pero el reconocimiento del otro, la definición de espacios comunes para el debate, la similitud de objetivos profesionales y el deseo mutuo en general de que la relación se enriquezca facilitarán el desarrollo respetuoso y armónico de las dos profesiones.
Las conquistas feministas comenzaron el siglo pasado, y la enfermería está históricamente ligada a las mismas; el conflicto profesional médico / enfermera se asemeja al de hombre / mujer.
Para finalizar, centrar todavía hoy las. soluciones del SNS en la, exaltación del orgullo médico y en el aumento de su poder es analizar los problemas, que los hay, con anteojeras ideológicas.-
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