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El trimestre casi perdido por huelgas y puentes hace más dura la vuelta a clase en la universidad

Los estudiantes de primero, entre la decepción y el realismo, a un mes de los exámenes

La vuelta a las aulas, hoy, de los universitarios, trás un peculiar trimestre de clases, huelgas y puentes, resulta especialmente dura para los que este curso afrontan su primer contacto con la realidad de la universidad española. Los debutantes vuelven hoy de sus primeras vacaciones con algo bastante menos moral e ilusiones que hace tres meses. Los alumnos de primero afirman que han tenido un máximo de 40 días de clase, es decir, entre 15 y 20 días menos de los que establecen la mayoría de los calendarios escolares de las universidades. Muchos de ellos, especialmente los de carreras técnicas, además de un trimestre casi perdido, tienen por delante un apretado curso, con asignaturas de difícil recuperación y exámenes el mes próximo.

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"Hemos Perdido tantos días de clase que te quedas con la impresión de que el, trimestre se ha quedado en nada" afirma Ángel Arévalo, estudiante. de primero de Biológicas.Los calendarios escolares establecen unas fechas de las que hay que descontar tres días de huelgas estudiantiles, entre nueve y once que muchos universitarios aseguran que perdieron la primera y la última semana del trimestre y un mínimo de tres días lectivos que se saltaron profesores y alumnos entre los tres puentes. Conclusión: el calendario real se quedó reducido a poco más de un mes de clases y es a partir de ahora cuando los alumnos empiezan a hacer balance y a quejarse de los pocos días lectivos que les quedan antes de los exámenes de febrero para terminar los temarios establecidos.

"Es una vergüenza la, cantidad de clases que se han perdido en algunas facultades", opina Miguel De Guzmán, catedrático de Análisis Matemático en la Universidad Complutense de Madrid, que da clase a los alumnos del primer curso. "Es evidente que esto influye mucho sobre el rendimiento académico de los alumnos", afirma. Este profesor no es el único que piensa así.

Por su parte, Begoña Plaza, que estudia primer curso de Psicología en la Autónomade Madrid, cuenta: "aunque ya he empezado a estudiar, no me va a dar tiempo a sabérmelo todo antes de los exámenes".

Para Quintín Racionero, profesor que imparte Antropología en primer curso de la Facultad de Filosofía de la complutense, por parte de los docentes hay buena voluntad, "pero los problemas vienen de los calendarios irracionales y de la falta de medidas auténticamente eficaces y objetiva?.Enseñanza de mala calidad

"Al llegar a la facultad me he sentido perdida y con todo el follón que ha habido no he acabado de centrarme", cuenta Miriam, otra alumna de primero de Psicología. "No sabes dónde están los departamentos, ni cómo funciona esto. Todo te impone, pero además hay falta de información". Esta estudiante nació en Guadalajara, es la mayor de tres hermanos y piensa que muchos jóvenes lo pasan tan mal como ella al dejar a su familia y amigos para marcharse a estudiar a otra ciudad. "Te repites constantemente que lo haces por tu bien, pero cuando ves lo mal que está la calidad de la enseñanza en la universidad y lo que te espera después te empiezan a entrar todas las dudas del mundo".

Miles de estudiantes se manifestaron por las calles de las principales ciudades del país durante los últimos meses para protestar, a gritos, precisamente por la mala calidad de la enseñanza y la subida del precio de las tasas universitarias. Algunos de los jóvenes universitarios que participaron en ellas se preguntan ahora de qué han servido sus protestas., "No hemos visto que haya cambiado nada", dice Ángel, el estudiante de biología. Otros, mucho más prácticos, consideran que el fantasma cercano de los exámenes de febrero justifica la parada de las movilizaciones "para no perder el curso".

Los responsables de Educación han anunciado repetidamente durante ese periodo que todas las organizaciones estudiantiles "pueden incorporarse a las mesas de discusión abiertas con algunos estudiantes, así como, presentar propuestas que ayuden a mejorar la calidad de la enseñanza".

"El primer mes va todo el mundo a clase, pero luego empieza a haber abandono porque la gente se desanima", cuenta Diego B. S. Ha venido este curso a Madrid a empezar Matemáticas, desde Talavera de la Reina (Toledo). Habla de forma contundente sobre las clases y los profesores, No, parece nuevo. "Durante los primeros meses en la universidad tienes la sensación de que hay mucho descontrol".

La tediosa "cultura de los apuntes" ha desesperado a los alumnos más críticos de primer curso en su primer contacto con la enseñanza superior. Diego opina que la Universidad "está muy abandonada en algunos aspectos". "Te dan clase profesores que no sabes cómo pueden estar ahí, no explican bien y te sueltan el rollo que se saben de memoria". Iván Rubio, que ha empezado a estudiar Imagen y Sonido, está de acuerdo: "Muchas clases son realmente aburridas y el temario a menudo está muy visto, son los típicos temas sacados de manuales".Profesores y apuntes Pero los profesores tienen algo que decir al respecto. Aseguran que muchas veces son los propios alumnos los que les llegan a exigir que dicten los apuntes. "Cuando les sugieres introducir alguna novedad en la firma de dar las clases, hay muchos que se quejan y quieren que les des la teoría despacito", afirma Alfredo Laine, un profesor de la facultad de Química de la Complutense, que da clase al, primer curso. Asegura que lo que buscan muchos jóvenes es "un profesor que les cuente los apuntes bien"

Algunos estudiantes lo corroboran. "En los primeros meses te pones muy nervioso si estás copiando apuntes y te falta algo de lo que ha dicho el profesor", dice Iván. "Pero es verdad que vamos a lo cómodo, nos resulta más fácil que nos dicten los apuntes", añade. "Ya sé que lo óptimo sería que en las clases nos dieran ideas generales, pero es que me llevaría mucho tiempo buscar en libros lo que debo estudiar en las siete asignaturas que tengo".

Según afirman muchos profesionales de la enseñanza, los alumnos de primero no saben cómo tratar a los profesores universitarios, cómo orientar sus estudios, distribuir los horarios y desconocen la exigencia del temario. "Cuando llegan no saben dirigirse a un auditorio por falta' de costumbre", dice José Manuel Martínez, profesor de Bases Sociales de la ' Conducta, de primer curso en la Facultad de Psicología de la Autónoma de Madrid.

Para el catedrático Miguel de Guzmán, más que las faltas de ortografía, de las que siempre se habla, "el principal problema que ves en los estudiantes es que se expresan mal". "Intelectualmente", explica, "hay que fomentar que sean capaces de expresar sus pensamientos, que tengan capacidad de ordenar sus ideas, a lo que no suelen estar acostumbrados cuando llegan".

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