Una presidencia antiturca

Grecia no prestará la más mínima colaboración a la mejora de las relaciones de la Unión Europea con Turquía mientras persista la "ocupación militar" de Chipre, según recordó ayer el primer ministro, Andreas Papandreu. Atenas aprovechará además su presidencia semestral de la Unión Europea para aumentar la presión, para la incorporación de Chipre, cuestión que topa directamente con el problema de la partición de la isla.El caso de Chipre, que cuenta con el dictamen favorable de la Comisión Europea para su incorporación, será inscrito en un Consejo de Ministros de Exteriores, que puede coincidir con dos proyectos del Gobierno socialista griego: la celebración de un consejo de ministros greco-chipriota y la creación de una estructura militar de consulta y cooperación mutua entre Atenas y Nicosia. Ambas cuestiones suscitan fuertes reticencias en Turquía, donde se teme la reaparición de la política de unión con Grecia. El tono conciliador de Papandreu respecto a Macedonia contrasta con la dureza de sus escasas referencias a Turquía. El regreso de Papandreu al poder, a caballo de un discurso de fuertes tonalidades nacionalistas, puede llevar a encender los numerosos contenciosos pendientes entre griegos y turcos precisamente durante los próximos seis meses de presidencia europea.