La fiesta gitana
La sala Casa Patas despidió el año flamenco con una fiesta gitana que ofició una de las grandes familias del flamenco madrileño, los Carbonell. En el apogeo de la misma contamos sobre el tablado más de 20 personas, pertenecientes a tres generaciones: los mayores se aproximan a los 70 años, los menores tendrán tres. Larga vida, pues, para el arte jondo, que tiene en estas familias gitanas un ámbito de cultivo y continuidad que garantizan su conservación.Arte del que vimos y oímos algunas pinceladas absolutamente memorables. El baile, por ejemplo, gozosamente buleariero, de la Globo, Manuela Heredia, las Negri o Aurora, la mujer de Enrique Morente; el cantaor se unió al final de la fiesta con dos fandangos esplendorosos. También cantó y bailó la hija mayor de ambos, Estrella, una preciosa adolescente que según parece se dedicará al cante, y que sin duda está llamada a ser una gran cantaora.
Familia Carbonell
Casa Patas. Madrid, 30 de diciembre.
Como es un excelente cantaor Antonio Carbonell, pese a sus escarceos con otros géneros, quien hizo unas bulerías por soleá transidas de jondura, peleando el cante a muerte, como debe ser.
El patriarca de los Carbonell, el viejo Montoyita, quien en su vida profesional fue cantaor, bailaor y guitarrista, demostró sus saberes en esas tres facetas básicas del flamenco. Y con un cante por siguiriyas al viejo estilo -el Reniego de Tomás Pavón, nada más y nada menos- sentó cátedra.
"A ver si me sale bien", dijo, pues yo soy un gran aficionado, y también me escucho". Y le salió, vaya si le salió; le costó muchas fatiguitas, ciertamente, porque el hombre está corto de facultades y ya no puede, pero cantó por derecho, sin aliviarse, como hoy son incapaces de hacerlo muchos profesionales jóvenes y de campanillas.
Sentido musical
Sus hermanos Pedro Montoya y Agustín el Gitano, cantaores de larga experiencia en sus actuaciones artísticas en los tablaos, hicieron sus cantes con arreglo a sus facultades actuales, que en el primero no son muchas, pero que acreditó, sobre todo en los estilos sin guitarra, conocimiento y un gran sentido musical; el segundo parece más influido por los modos de la llamada ópera flamenca, teatralizando mucho el cante e introduciendo incluso partes recitadas.Este cantaor es el padre del guitarrista Agustín Carbonell el Bola, quien también estuvo esta noche allí, como estuvo su primo Pepe Montoyita el joven. Los dos corrieron con el trabajo más duro, acompañando a todos los parientes, lo que hicieron con buen arte y eficacia, con el refuerzo en la parte de la fiesta del cajón del Negri, también Carbonell y primo de ellos. Noche muy emotiva, al borde de un nuevo año, con mucho arte y llena de encanto.
Babelia
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