Insumisión feminista
"El Gobierno está hecho un lío. En nombre de la igualdad quieren poner en pie un servicio civil que, lo disfracen como quieran, trae los peores recuerdos del pasado. ¿Quién ha dicho que las mujeres aspiramos a hacer todo lo que hacen los hombres y que damos por válidas las normas que rigen para ellos? Si persisten en la idea del servicio civil obligatorio, habrá mujeres insumisas", afirma, Justa Montero, de la Federación de Organizaciones Feministas del Estado Español.
Según la feminista Empar Pineda, "una cosa es generar conciencia social para que jóvenes y no tan jóvenes colaboren voluntariamente en tareas sociales, y otra muy distinta es obligar por ley a determinadas tareas".
"Es importante que estudiemos una ley de servicio civil y que haya un debate social al respecto", afirma Francisca Sauquillo, senadora socialista y presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad y premio Mujer de Europa 1993. Según Sauquillo, habrá que discutir las fórmulas de prestación.
"Se trata de que todos los ciudadanos participen en tareas humanitarias, que ayuden a la sociedad. Las mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones que los hombres. Si las mujeres pedimos la paridad, no nos deberíamos negar a un servicio comunitario", dice.
Bárbara Areal, portavoz del Sindicato de Estudiantes, opina que "la prestación social sustitoria del servicio militar se está convirtiendo en un truco para que algunas organizaciones consigan mano de obra barata y gratuita. Obligar a las mujeres a participar en esta situación no arregla las cosas, sino que las empeora".
Juan Carlos Rois, abogado del Movimiento de Objeción de Conciencia cree que el proyecto de servicio civil "es fruto de la crisis del servicio militar". Para Rois, supone "un retroceso, ya que pretende restringir la libertad de los ciudadanos y universalizar la prestación de un trabajo gratuito al Estado".
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