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ECOLOGÍA

La costa cantábrica, en estado de alerta por la deriva de detonadores explosivos

Francia pide una reunión de la Unión Europea sobre transporte marítimo

El litoral cantábrico permanece en estado de alerta ante la posibilidad de que el mar arroje a las playas detonadores explosivos, a la deriva desde que el pasado 18 de septiembre apareciesen 5.000 de esos artefactos en playas de Bretaña, perdidos, al parecer, por un barco chipriota que transportaba 34.000. La extrema contaminación de las playas atlánticas francesas llevó ayer al oceanógrafo Jacques Cousteau a acusar a los "criminales de la mar" que, cargando sus barcos en exceso por provecho comercial, envenenan aguas y costas.

Efectivos de la Ertzaintza y de la Guardia Municipal de San Sebastián rastrean las playas del litoral vasco en busca de detonadores. Pese a que hasta ahora no ha sido hallado ningún explosivo en las tres playas donostiarras, siguen cerradas desde el pasado lunes, ante el peligro de que las mareas y los fuertes vientos arrastren hasta allí los artefactos.El lunes, en las playas de Bidart (País Vasco francés), se recogieron 17 detonadores. El detonador que puede ser encontrado en la playa, según el Gobierno Civil de Guipúzcoa, tiene la forma de un pequeño tubo metálico tintado de aluminio, de un diámetro de cinco milímetros y mide una decena de centímetros de largo. Está cargado con un explosivo muy potente, extremadamente sensible y que explosiona por choque o calor, y normalmente viene encerrado en un estuche de protección de color rojo o amarillo y unido a un cordel con un mango de caucho negro.

Los informes que emitan en los próximos días la Ertzaintza y la Guardia Municipal permitirán al Ayuntamiento de San Sebastián estudiar si conviene prorrogar la medida preventiva de impedir el acceso a las playas, según el concejal delegado de Playas, Roberto Fernández.

Pescadores

En Galicia, los Gobiernos Civiles de La Coruña y Lugo han alertado especialmente a las cofradías de pescadores para que extremen las precauciones al faenar estos días. En todo caso, las autoridades gallegas se han limitado a informar a los ayuntamientos costeros sobre la posible presencia de detonadores en las playas, pero no han tomado ninguna medida especial. Ambos Gobiernos Civiles consideran muy remota la posibilidad de que aparezca alguno de los artefactos. Tan sólo la Guardia Civil ha incrementado la vigilancia sobre las playas, pero sin formar patrullas específicas.En Cantabria, Protección Civil de la Diputación emitió el pasado martes un comunicado alertando a la población para que, en caso de hallar algún detonador, no lo manipule y avise a las autoridades, informa Jesús Delgado. También en Asturias, Protección Civil del Principado y la Diputación han cursado aviso a las cofradías pesqueras y a la Guardia Civil, haciendo hincapié en la vigilancia sobre todo de las playas orientales de la región.

Reunión de ministros

Mientras en Francia policías y soldados rastrean las playas en busca de detonadores, el ministro de Medio Ambiente, Michel Barnier, pidió ayer una reunión extraordinaria de ministros de la Unión Europea para fijar una posición común en materia de transporte marítimo, con el fin de evitar hechos como esta contaminación de la costa atlántica francesa. Según el ministerio francés, "la situación actual no es aceptable y pone en peligro de forma muy seria el medio ambiente de los países europeos".El famoso navegante y eceanógrafo Jacques Cousteau fustigó ayer por su parte a los "criminales de la mar" que, por el beneficio comercial, llevan cargas excesivas y provocan contaminaciones, informa Efe.

"En mi larga carrera, dijo Cousteau, "es la primera vez que nos encontramos en presencia no ya de contaminación, sino de vandalismo. ¿A quién se puede imputar la aberración de esos miles de detonadores en nuestras playas?". Cousteau se responde: "A la norma internacional sobre armamento, que estipula que todo cargamento peligroso debe ir en el puente del navío".

El oceanógrafo considera absurda esa norma y asegura que desde hace 20 años viene denunciando el peligro al Consejo de Europa y a la Unesco.

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