CEOE reconoce por primera vez su apoyo a la reforma laboral

La patronal CEOE reconoció ayer por primera vez su apoyo a la reforma laboral del Gobierno. Ese respaldo público tuvo lugar en el pleno del Consejo Económico y Social (CES), que emitió un dictamente "globalmente favorable" a las medidas del Ejecutivo, con 29 votos afirmativos -de los empresarios y los expertos-, 23 negativos -de los sindicatos- y una abstención -de un miembro del Grupo Mixto-. Ahora, el Gobierno remitirá al Parlamento el anteproyecto de ley que reforma el Estatuto de los Trabajadores, uno de los detonantes de la huelga general de enero.

Los representantes de la patronal no participaron ayer en el debate previo a la aprobación del dictamen. Pero, una vez votado, Juan Jiménez Aguilar, secretario general de la patronal CEOE y vicepresidente del CES, explicó su apoyo a la resolución del consejo porque en ella "se hace un llamamiento a la objetividad y a evitar radicalismos".Tras mostrar públicamente -y por primera vez- su apoyo global a la reforma, la patronal retieró que le parece insuficiente, sobre todo en relación a los despidos. "El tiempo", dijo Jiménez Aguilar, "nos dirá si el Gobierno se ha quedado corto con una reforma plagada de rigideces".

Efectividad

El breve dictamen elaborado por los expertos hace un análisis global de la reforma, no entra a analizar cada medida y concede el beneficio de la duda a la efectividad de la reforma laboral puesta en marcha por el Ejecutivo.

Jaime Montalvo, catedrático de derecho del Trabajo, no quiso pronunciarse sobre si las medidas son las más adecuadas, pero sí mostró su convencimiento de que el riesgo de efectos no deseados no justifica la inacción.

En el texto se dice que el anteproyecto de ley "constituye un paso significativo en el largo proceso de discusión y debate sobre la reforma del mercado de trabajo", cuyo origen sitúa a mediados de los años ochenta. También afirma que se trata de "una reforma necesaria pero no puede entenderse como la única medida a desarrollar". Y hace un llamamiento "a la objetividad y equilibrio de los distintos debates y decisiones". El Consejo reconoce que "en función de los distintos puntos de vista existirán, sin duda, aspectos que podrían modificarse o mejorarse", aunque entiende que "las líneas generales pueden contribuir a un funcionamiento del mercado de trabajo más en consonancia con las necesidades de la economía española" y, añade, "se orientan a las fórmulas vigentes en otros países de nuestro entorno".

Por último, el dictamen del CES hace dos recomendaciones: que los distintos proyectos que reforman el Estatuto de los Trabajadores sean objeto de un texto unificado, coherente y armónico; y que se desarrolle la participación de los agentes sociales para cambiar la cultura empresarial y laboral.

Oposición sindical

Los representantes de los sindicatos votaron en contra del dictamen y vieron rechazada su enmienda a la totalidad con la que reiteraron su oposición al contenido del anteproyecto de ley. Entre otros argumentos, las centrales dijeron que la reforma les una desregulación laboral", "no crea empleo sino que lo destruye" y "sobre todo modifica la correlación de fuerzas entre empresarios y trabajadores". También sufrieron las críticas de Carlota Bustelo -del grupo de expertos y miembro del PSOE- que puso en duda "el respaldo social" con que cuentan las centrales sindicales.

José María Fidalgo -de CC OO- le respondió que las posiciones de los sindicatos españoles están acordes con las centrales europeas y apostilló: "La sociedad juzgará la bondad de estas medidas y al Gobierno que las ha aprobado".