Publicidad y casualidades

En enero de 1986, Mario Sinopoll , garante del Estado en la editorial Rizzoli, decide que la concentración editorial de Fiat es ¡legal. La entrada de Fiat en Rizzoli-Corriere significaba que el imperio Agnelli controlaba el 25% de la difusión de los periódicos (el mayor grupo español, El Correo Español-El Pueblo Vasco, sólo tiene el 11,15% del mercado), cuando las leyes antimonopolio ponen el límite en el 20%. Y donde no llega con sus periódicos, lo hace con la generosa mano de la publicidad, ya que la inversión publicitaria de Fiat supone el 13% del total del mercado italiano. Una mala crítica a un coche Fiat -los únicos fabricados en Italia- puede ser muy cara.Sinopoli pidió a Magistratura que declarara nula la compra, pero el tribunal dijo que "legalmente" Agnelli no controlaba Rizzoli, ya que la propietaria es la sociedad intermedia Gemina, en la que Fiat formalmente sólo tiene un 28%.

Legalmente, así es; Agnelli no controla nada, ni la Fiat (sólo tiene un 20%), pero ya era casualidad que el número dos de Fiat, Cesare Romiti, fuera nombrado presidente de Gemina; qué casualidad que otro ejecutivo de Fiat, Carlo Callieri, fuera el nuevo administrador delegado de Rizzoli y que hoy el anterior director de La Stampa (ciento por ciento Fiat, esto sí) sea el director de Il Corriere della Sera. En fin, el presidente actual de Gemina, Pesanti, es uno de los 11 miembros del Consejo de Fiat.

En septiembre de 1987, el sucesor de Sinopoli, Giuseppe Santaniello, declaró que de facto Fiat controlaba la Gemina, y, por tanto, Il Corriere della Sera. Mientras, Il Corriere, hasta entonces una institución, era llamado por otras publicaciones "ll Corriere de la Fiat". En este tiempo, Il Corriere ha perdido el liderazgo nacional; Bassanini ha tirado la toalla al perder en primera instancia su demanda, y Santaniello prosigue en su intento de que se anule la operación RCS-Gemina (Fiat), aunque el tiempo corra en su contra. Como dice un periodista de Il Corriere, "lo mejor de la Fiat no son sus coches, sino sus abogados".

Se anule o no la operación, ahora Agnelll quiere vender parte de su participación en Gemina, y Gemina busca alguien que ponga dinero en Rizzoli. Condiciones: rico (deberá pagar 15.000 millones por el 10%), extranjero, con televisión y con la imprescindible virtud de que diga siempre sí cuando hable Gianni Agnelli.