Reforma fallida de la 'mili'
Las pretensiones del legislador muchas veces no se llevan a la realidad. De ello hay un buen reflejo en el modelo español de servicio militar, y en concreto en dos legislaciones recientes.En primer lugar, la pretendida mili a la carta que ofrecía la Ley del Servicio Militar no ha quedado más que en un sencillo menú. La supuesta garantía del menor coste personal para los españoles llamados a realizar el servicio militar no se ha dado en la práctica. Errores previos en el otorgamiento de plazas -a quien esto escribe se le concedió plaza de médico siendo licenciado en Derecho- y designaciones arbitrarias posteriores por razones muy lejanas a los méritos hacen que los criterios de racionalidad y flexibilidad apuntadas por la ley queden en un simple enunciado.
En segundo lugar, el reciente Reglamento de Reclutamiento lleva a incrementar el número de efectivos de reemplazo mediante una fijación de niveles de aptitud física más bajos, lo que conduce a que personas que en la anterior legislación no entraban dentro del cupo pasen a ser reclutados.
Los efectos no son otros que las propias consecuencias de un servicio militar encasillado en elementos tradicionales y lleno de contrariedades por las que todos, sin excepción, deben pasar. Entre ellas la propia instrucción del soldado, que prima únicamente el esfuerzo físico y no prevé ninguna alternativa para aquellos no tan posibilitados cuando la ley preveía "mecanismos eficaces" para la revisión de los planes de instrucción; o la propia consideración despectiva de los demás soldados que ven en aquél a un escaqueado- Josep Clusella Fabrés
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