"La eutanasia no está legalizada"
El ministro de Justicia holandés no quiere polémica con la controvertida legalización por su Gobierno de la eutanasia, que ha provocado las iras del Vaticano. Hirsch Ballin, un católico, de 43 años, casado y con dos hijos, mide cada palabra y repite la misma frase sea cual fuere la pregunta: "En Holanda no se ha legalizado la eutanasia".
De cuando en cuando, el ministro de Justicia holandés dirige, a lo largo de la entrevista, miradas furtivas buscando el asentimiento de su asistente. "La eutanasia es un tema delicado y hay que tener mucho cuidado con la información que se da al pxtranjero". Ballin insistió, por esa razón, en revisar las respuestas antes de que fueran publicadas.
Pregunta. ¿Cómo un católico declarado se ha convertido en el artífice de una ley frontalmente opuesta a los principios de la Iglesia?
Respuesta. No está en contra de la Iglesia católica. A pesar de que se insiste en demostrar lo contrario, la eutanasia no ha sido legalizada en Holanda. Mi partido cristiano-demócrata y yo mismo estamos en contra de la legalización. Hemos rechazado expresamente las propuestas de la oposición liberal y decidido mantener la penalización tanto de la eutanasia activa como de la asistencia al suicidio, reforzando los procedimientos que obligan a los médicos a informar de la causa natural o no natural de la muerte. El ministerio público tendrá la posibilidad de decidir si existe una eventual situación de fuerza mayor que exima de responsabilidad penal.
P. ¿Qué entiende por fuerza mayor?
R. Déjeme que le dé un ejemplo de un bebé hidrocéfalo con gravísimas deficiencias físicas. Ninguno de los órganos internos funcionaba, sus ojos no estaban desarrollados, y además de un progresivo sufrimiento no existía ninguna perspectiva de salvarle la vida. En este caso, los especialistas actuaron para acortar esta vida. Yo no puedo imaginar que nadie enviara a los padres ni a los médicos a prisión por no proteger la vida de este bebé. Hay que tener en cuenta que existen casos de auténtica fuerza mayor en los que es necesario que el ministerio público pueda decidir si tiene o no que ser llevado a los tribunales.
P. ¿En los casos en los que concurra esta eximente no se atenta contra el derecho a la protección de la vida?
R. No, rotundamente no. Nuestro derecho y nuestro sistema legal continúa siendo el mismo. No existe ninguna autorización a priori y cada caso tendrá que ser analizado en concreto. En situaciones extremas, en las que no exista ningún medio para aliviar el sufrimiento, por el conflicto entre la obligación de la medicina de aliviar el dolor, por un lado, y la de mantener el derecho a la vida, por el otro. Tan sólo en ese caso la pena no sería aplicada, pero la eutanasia continúa penada. Precisamente lo que queremos evitar son las decisiones unilaterales en las habitacio nes silenciosas de los hospitales. Por eso hemos reforzado ahora el control.
P. ¿No se corre el riesgo de que bajo la ley y los casos de fuerza mayor se amparen situaciones no muy claras?
R. No, la ley es absolutamente restrictiva, más de lo que muchos quisieran en este país.
P. Holanda ha sentado una legislación sin precedentes en Europa. ¿Usted cree que el resto de los países europeos está en situación de aceptar una legislación como ésta?
R. Nuestro derecho no es diferente al del resto de los países comunitarios. Al igual que en todos ellos, el derecho a la vida está protegido. Existen algunas causas de fuerza mayor que eximen de responsabilidad, y esto es todo.
P. La Iglesia católica no comparte su punto de vista. Un miembro del Consejo Papal por la Familia ha llegado a comparar Holanda con la Alemania nazi...
R. No quiero caer en comentarlos sobre esas insultantes comparaciones y quiero llamar la atención sobre el pronunciamiento de los obispos holandeses en los últimos días, que conocen perfectamente lo que ocurre en Holanda y han expresado su satisfacción por el mantenimiento de la pena en los casos de eutanasia.
P. ¿Quiere decir que Roma juzga con falta de información sobre el tema?
R. Bueno, nosotros continuamos enviando información periódicamente.
P. Cuando el proyecto fue aprobado por el Congreso, las embajadas holandesas en el exterior recibieron llamadas para saber en qué lugares podían acogerse a una muerte dulce.
R. Esto no ocurrió. Hubo uno o dos casos. Quizá hubiera pasado si las propuestas de legalización de la eutanasia de los otros grupos del Parlamento hubieran prosperado. Pero no, no ocurrió.
P. ¿La falta de concreción de la ley no puede ser miedo a llamar a las cosas por su nombre?
R. Apelar a un caso excepcional como la fuerza mayor exige que el médico informe de manera muy concreta.
P. Llegado el caso, ¿usted solicitaría una muerte digna?
R. Siempre rechazo responder preguntas de este tipo. Cuando uno está sano y rebosante de salud, cualquier respuesta podría resultar dolorosa para los que sufren en fase terminal en los hospitales.
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