Frei se verá abocado durante su presidencia a pactar con la derecha las reformas constitucionales en Chile

El democristiano Eduardo Frei, de 51 años, será presidente con más del 58% de los votos, un apoyo superior al que obtuvo su antecesor en el cargo, el también democristiano Patricio Aylwin. Frei, al frente de una coalición de partidos de centro-izquierda, no contará, en cambio, con un Parlamento cómodo. El resultado de la renovación total de la Cámara de los Diputados y la parcial (18 de los 46 escaños) del Senado obligará a su Gobierno a pactar con la derecha muchas de las reformas prometidas durante la campaña electoral.

Luchar contra la pobreza será el objetivo prioritario de Frei. El candidato de la Concertación para la Democracia, agrupación de centro-izquierda que abarca a democristianos, radicales y socialistas, ganó el sábado la presidencia de forma arrolladora con algo más de un 58% de votos, según el escrutinio oficial de casi todas las mesas del país. Su principal contrincante, el candidato de derecha, el senador Jorge Alessandri, de 70 años, consiguió un poco más del 24%. El otro candidato de la derecha, el ex ministro del dictador Augusto Pinochet José Piñera, quedó en tercer lugar con un 6%.Las elecciones parlamentarias, para renovar la totalidad de la Cámara de Diputados y 18 de los 46 senadores, apenas han producido variaciones en la correlación de fuerzas del Congreso. Esto obligará al futuro Gobierno de la Concertación a pactar con la derecha, si quiere conseguir reformas constitucionales o modificar algunas de las leyes de la dictadura pinochetista que pretendían dejarlo todo atado y bien atado.

En su primer discurso público desde el hotel Carrera, a un lado del palacio presidencial de La Moneda, que pasará a ocupar el próximo 11 de marzo, Frei aseguró que será "presidente de todos los chilenos, sin excepción de ningún tipo". Ya había pasado la medianoche [cuatro de la madrugada del domingo en España] y Frei, que miraba de vez en cuando el texto del discurso que tenía escrito de antemano, dijo: "Yo sólo pido una oposición leal, con grandeza, para seguir consolidando la democracia".

Poco antes de esa primera intervención pública del futuro presidente, su principal contrincante, Alessandri, acudió al hotel, donde reconoció su derrota, estrechó la mano de Frel e incluso llegó a esbozar un conato de abrazo. Por teléfono el presidente Aylwin había felicitado antes a Frei, quien en esa conversación destacó el buen Gobierno actual como factor importante del éxito electoral de la Concertación.

Normalidad democrática

Destacó Frei que, por primera vez en más de 50 años, Chile tendrá un Gobierno de continuidad. Lo mismo destacó Aylwin en una entrevista con periodistas tras la llamada telefónica a Frei: "Desde 1915, ningún presidente de la República en nuestro país ha tenido la suerte de entregar el poder al término de su periodo a un correligionario suyo". Este hecho se considera un síntoma de la estabilidad lograda por Chile, después de haber sufrido un paréntesis de dictadura de casi dos décadas en los años setenta y ochenta. El futuro presidente anunció en su primer discurso que el principal objetivo de su Gobierno será luchar contra la pobreza y darles oportunidades a los sectores más marginados de la sociedad chilena.

La jornada electoral transcurrió en Chile aburrida y sin incidentes, salvo las acostumbradas anécdotas de los tres votantes que murieron cuando hacían cola para votar o la mujer que dio a luz ante la urna.

La televisión, temerosa de anunciar que el sondeo poslectoral daba un 63% de votos a Frei, ofreció durante una hora un escrutinio sin la menor representatividad, en el que ganaba Alessandri. Esto provocó una patética declaración del candidato, convencido de que habría una segunda vuelta.