Me llamo Carlos Naya Gil.

Como ven, sí me identifico; soy un skin head. Soy un trabajador, progresista, antifáscista y antirracista. No me gusta el fútbol. Franco, Hitler y José Antonio no se encuentran entre mis ídolos ni de lejos. Los extranjeros, inmigrantes, gitanos, hippies, okupas, anarquistas y yonquis producen en mí diversas impresiones, como la diversidad de personas que son, pero no la de ser mi enemigo. No soy sharp, aunque sí antirracista; ni soy red skin, el rojo no es mi color; mi color es más bien el negro. Mis aficiones son la música y la lectura. No tengo ídolos ni sigo a líderes; me rijo por las ideas y la razón. Mi serie de televisión favorita tenía entre sus protagonistas a un hippy, un punki y un anarquista; se llamaba The young ones. Nunca escucho música oi! sino ska, que es un estilo musical inventado por negros jamaicanos. Mis enemigos son los totalitarios de cualquier corte o color, los intolerantes y los mentirosos, como ustedes, que publican un periódico mentiroso.En las páginas 6 y 7 del suplemento Ciudades de su periódico del día 15 de noviembre se me hace tanto daño a mí y a la gente como yo que sólo les puedo decir que la vida, desde dentro de mi cabeza rapada, se ve cada día peor. Cada persona que haya leído su periódico me mira por la calle y me juzga bajo un rasero formado por la mentira. Yo ya sabía que ustedes mentían, pero nunca había caído el golpe tan cerca de mi cabeza rapada.-

Carlos Naya Gil.