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Entrevista:

"Luchar contra el sida es un relevo de antorchas"

Aún no tiene despacho. Pero es que él tampoco se acaba de ver dentro de uno. Tras dos lustros a pie de cama de los enfermos del sida en el hospital Ramón y Cajal, Luis Buzón, médico de 41 años, acaba de po nerse al frente de una tarea: que todas las instituciones sanita rias de Madrid se pon gan de acuerdo y coordinen sus accio nes en el tratamiento de los infectados por el virus del sida, den tro de un plan antisida auspiciado por la Consejería de Salud. El Insalud, el Ayunta miento y la Comuni dad, entre otras insti tuciones, tienen dis persadas sus fuerzas en materia de preven -Ción, y de asistencia de los infectados por el virus del sida. Buzón se plantea este tiempo al frente del despacho, que, aún no tiene, como un paréntesis.Pregunta. ¿En qué consiste el plan antisida para la Comunidad de Madrid?

Respuesta. La prioridad absoluta es coordinar. De hecho ya hay muchas inicia tivas con este talante, unas asistenciales, otras en materia de prevención. La idea es ponernos de acuerdo todos los que trabaja mos en esto e intentar coordinar. Ahora bien, hay unos puntos que son trascenden tales. ,

P. ¿Cuáles son?

R. Que no se nos hunda lo que tenemos desde el punto de vista de la asistencia. Los que nos hemos dedicado desde hace muchos años al sida. lójiicamente, con el tiempo, vamos gastando nuestras fuerzas. Hay que evitar que esas personas se quemen en la medida de lo que podamos, y que dejen de dedicarse al sida dentro de seis me ses porque estén reventados. Pero además de mantener esto, hay que mejorar otras cosas. Por ejemplo, las consultas ex ternas, que es lo que está más agobiado. Pues hacerlas más agradables, más rápidas. En definitiva potenciar la asisten cia que tenemos y mejorarla.

P. Sí, pero ¿cómo se va a lograr esa coordinación entre todas las instituciones que tienen competencias sanitarias?

R. Hablando. Los responsables tienen que hablar entre sí, y éstos con aquellos que llevan la asistencia. Hay que hacerles llegar cómo está la situación realmente para los enfermos. De hecho, ése es otro de los aspectos prioritarios, que en un tiempo no muy largo seamos capaces de conocer exactamente nuestra realidad que ahora no controlamos. Tanto asistencial, como preventiva como educativa. Conociendo el mapa de. situación es cuando te puedes plantear cómo mejorar las cosas. Todavía hay que montar una oficina regional, unos grupos de trabajo. Todo eso será lo que hagamos durante el mes de diciembre. Mi función es recoger toda la información posible y llevarla a los demás. Me siento un poco intermediario entre la gente que está en la calle y la que está en los despachos.P. ¿Por qué aceptó este puesto?. R. Sinceramente, por compromiso con mis enfermos. Para mí esto no es más que una situación de paréntesis en mi vida. Yo soy un hombre al que lo que le gusta es ver enfermos, aunque reconozco que estoy muy quemado, muy cansado. Si acepto este cargo es casi por obligación moral con mis enfermos y con el virus del sida. Creo que puedo transmitir a las instituciones el sentimiento, las dudas y los miedos, y las necesidades de muchos de los enfermos.P. Dice que se quemó en los 10 años que ha pasado viendo enfermos, ¿por qué?R. Lo que me quemó no fueron los 10 años viendo enfermos. Si aguanté fue gracias a ellos. Las circunstancias de trabajo, los problemas técnicos y sociales que se te plantean son lo que te acaban quemando. También pesa que se te mueran muchos pacientes que consideras tus amigos. Llega un momento en que en el corazón ya no te cabe más. P. ¿Qué siente cuándo los propios enfermos de sida le llaman hermano, y sus familiares le piden ayuda diciendo que no les puede fallar?

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R. Precisamente por esos hermanos es por lo que he decidido tomar este cargo. No sé el tiempo que me dedicaré a esto. Si en tres meses me he vaciado, pues benditos sean esos tres meses. El día que deje de ser útil aquí, volveré a mi hospital. Habrá otro que coja la antorcha. Esto no es una carrera individual, es de relevos y de pase de antorchas. El sida no depende de nombres concretos, sino que depende de todos.

P. ¿Cuáles son los puntos negros del sida en Madrid?

R. En Madrid hay un gran volumen de consumidores de drogas infectados; y de gente que consume drogas que, si no actuamos de una forma decidida, se nos va a infectar. La prevención dentro del capítulo de las toxicomanías es uno de los puntos negros. Sobre todo hay que llegar a la gente mediante la educación, para que sean responsables y puedan elegir.

P. ¿Tiene carta blanca para actuar?

R. Esta oficina regional del plan antisida no-tiene un presupuesto del que disponer libremente. Sí tendremos que pinchar a aquellos que sí lo tienen. Me conformo con poner en marcha la máquina. Por dónde lleve este tren, pues el tiempo lo dirá. La idea es empezar de abajo.P. ¿Las comunidades autónomas que ya cuentan con este tipo de plan, han notado résultados positivos?

R. Todos aquellos planes que organizan las cosas siempre tiene resultados positivos. Lo que pasa es que en este tema se tardan años en ver esos resultados. Si la gente no se infecta hoy, lo veremos dentro de siete años. Por lo tanto, es imposible valorar de modo inmediato la eficacia de cualquier plan que se ponga en marcha.

P. ¿Cree que le cambiará su visión del sida y los enfermos meterse en un despacho?

R. Me gustaría que me dejaran un día cada semana para verle la cara a la gente, a los enfermos, y seguir desarrollando de alguna manera la actividad asistencial. Si no veo más que paredes de despacho, quizá pudiera perder de vista el motivo por el que me meto en esto.

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