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Yeltsin viaja al Cáucaso para promover la paz en la frontera rusa

A sólo seis días de las elecciones y el referéndum constitucional, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, viajó al Cáucaso del Norte acompañado de los ministros de Defensa, Interior y Seguridad, para mostrar de manera clara su voluntad de imponer la paz en aquella región fronteriza de la Federación rusa. El mensaje que trata de transmitir el presidente al votante ruso con esta visita es que la unidad del país, que el borrador de Constitución establece con claridad, será defendida con energía.En concreto, Yeltsin viajó ayer a Osetia del Norte e Ingushetia, dos repúblicas enfrentadas con las armas desde hace más de un año por reivindicaciones territoriales. Pero hoy se reunirá con todos los presidentes de las repúblicas caucásicas, más los de tres regiones limítrofes para, en palabras del portavoz presidencial, Viacheslav Kóstikov, "estimular a la población del Cáucaso del Norte hacia la reconciliación".

A tenor de lo que explicaron los asistentes a las reuniones que Yeltsin mantuvo con las autoridades de ambas repúblicas, el presidente dejó claro que si no había pronto acuerdo entre osetios e ingushes iba a dictar un decreto ordenando a los ministros de Interior y Defensa que utilicen tropas para garantizar el regreso de entre 50.000 y 70.000 ingushes a las cuatro ciudades de las que fueron expulsados hace un año por los osetios.

Desde entonces se vienen produciendo enfrentamientos entre grupos armados ingushes y osetios por el control de un territorio que ahora pertenece a Osetia del Norte pero que fue de los ingushes hasta que fueron deportados en masa por Stalin tras la invasión alemana.

La ofensiva de Yeltsin para poner orden en la zona proseguirá en la reunión con los presidentes de las repúblicas caucásicas prevista para hoy. El objetivo a largo plazo es garantizar el orden en esa región de importancia estratégica.

Huelga de mineros

El inicio de la semana de las elecciones coincide con el comienzo de la temida huelga de los mineros del carbón. Unos 50.000 en las minas siberianas de Vorkutá y otras cuencas menores dejaron de trabajar ayer, mientras que en Kuzbás aún se debatía sobre el paro.

La huelga se realiza por razones económicas: los mineros llevan varios meses sin cobrar y exigen los atrasos, así como garantías del Gobierno de que de ahora en adelante cobrarán puntualmente. A esos planteamientos económicos pueden sumarse otros de tipo político.

Esta huelga es un golpe para Yeltsin, dado que los mineros le han apoyado en momentos difíciles.

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