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EL LIBRE COMERCIO.

Francia amenaza con su veto pese al acercamiento alcanzado en el capítulo agrícola

Lluís Bassets

La conclusión de la Ronda Uruguay del GATT para liberalizar el comercio está cerca, pero se presenta complicada. Los ministros europeos de Exteriores, Comercio y Agricultura tienen previsto examinar hoy -la reunión prevista en la noche de ayer fue aplazada- el principio de acuerdo sobre el capítulo agrícola que aún la pasada madrugada perfilaban los negociadores de la Unión Europea y de EE UU. El acuerdo de Blair House, que recorta exportaciones de productos agrícolas subvencionados, ha sido finalmente retocado, pero Francia mantenía alta la guardia. No en vano quedaban temas por solucionar, como el audiovisual, la aeronáutica, los servicios financieros y el acero. El avance agrícola abre vías, pero, como dicen los negociadores, "no hay acuerdo hasta que hay acuerdo en todo".

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La negociación entre EE UU y Europa, empantanada

La negociación bilateral entre la Unión Europea y Estados Unidos sobre la Ronda Uruguay del GATT entró esta pasada noche en una fase de máximo dramatismo y de tensión, que los expertos en este tipo de negociaciones consideran como el momento previo a un desenlace positivo.Con escasas horas de diferencia se ha dado por cerrado el acuerdo agrícola con EE UU [lo anunció a primeras horas de la tarde el Comisario europeo de Agricultura, René Steichen] y se ha anunciado un veto francés de última hora.

Poco antes de media noche, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, aseguraba rotundo que "no se han alcanzado las condiciones para un acuerdo". Juppé señaló tres razones para el enfado francés: la ausencia de progresos para crear una Organización Mundial de Comercio; el tratamiento de la reducción equilibrada de aranceles y las excepciones para los bienes culturales. No olvidó el capítulo agrícola. En su opinión, deberían obtenerse de EE UU garantías para mantener la Política Agrícola Común (PAC); sostener la capacidad exportadora de la UE y no sacrificar más tierras.

Madrugada de negociación

Así, la única realidad es que los negociadores, el comisario europeo Leon Brittan, y el embajador comercial norteamericano, Mickey Kantor, se han quedado hasta la madrugada intentando culminar un acuerdo que fuera satisfactorio para todos y que el Consejo de Ministros ha aplazado su discusión y su decisión sobre la posición europea en la Ronda Uruguay hasta esta mañana.

"Creíamos que estaba más cerca de lo que era la realidad", aseguró a las once de la noche el ministro español, Javier Solana, antes de abandonar el edificio Carlomagno, donde se celebran los consejos de ministros. "Hoy hay unos ánimos más pesimistas que ayer", añadió. "Se está produciendo una diferencia entre las declaraciones de principio y la escritura de los documentos", dijo, dando a entender que hay también un problema de redacción final de los acuerdos.

Varios países mandaron a los tres ministros más afectados por la Ronda Uruguay, tal fue el caso de España: el ministro de Comercio, Javier Gómez Navarro, y el de Agricultura, Vicente Albero, estuvieron también presentes en el Consejo.

Sus homólogos franceses se entrevistaron ayer por la noche con el comisario Brittan y realizaron distintas declaraciones negando la existencia de acuerdo alguno, incluida la cuestión agrícola. Parecidas declaraciones realizó el ministro Solana, quien reconoció que "no hay problema únicamente con Francia".

La última fase de negociación ha significado la reaparición de dificultades por parte de numerosos países, principalmente los más pequeños o con poder más limitado dentro de la UE, ante el temor a encontrarse con que deben pagar la parte más dolorosa de las contrapartidas exigidas por Estados Unidos por la revisión o relectura del acuerdo agrícola de Blair House.

La nueva lectura de Blair House propuesta por los negociadores -los representantes de Agricultura, más los responsables de Comercio de la UE, Leon Brittan, y de EE UU, Mikey Kantor- significa dejar fuera de los recortes de las exportaciones subvencionadas los 25 millones de toneladas de cereales almacenados en Europa. Cambia también el año de referencia para los recortes: antes había sido el promedio de los años 86-89, que significa una producción cerealera de 17 millones de toneladas, mientras que la referencia del año 92 implica 20 millones. En la práctica significa aumentar en ocho millones de toneladas los cereales europeos destinados a la exportación. La cláusula de paz, finalmente, se extiende de seis a ocho años.

El acuerdo de Blair House, firmado hace un año, el 20 de noviembre de 1992, en la residencia para invitados frente a la Casa Blanca, ha sido así objeto de las modificaciones que exigía Francia y apoyaban con mucha menor intensidad otros países, como España.

Armas comerciales

Francia mantiene sus posiciones inflexibles en el problema de las armas comerciales -exige que la Unión Europea se dote de instrumentos de defensa ante las prácticas desleales-, y se interesa por mayores concesiones en audiovisuales, agricultura y acceso a mercados. Pero también pide mayores contrapartidas internas, dentro de la UE.

Algo parecido sucede con España, que exige una mayor atención en sus necesidades de reforma de las organizaciones comunes de mercado del arroz, el vino, el azúcar y los productos hortofrutícolas y teme las consecuencias del acuerdo en sus textiles o en productos como los frutos secos.

La idea compartida por la mayoría de los ministros es que hoy se llegará a una primera conclusión del acuerdo bilateral, pero quedarán todavía algunos capítulos. abiertos a expensas de las negociaciones de Ginebra.

Todo indica que el Consejo Europeo que se reunirá el viernes y el sábado en Bruselas deberá dar un empujón para que finalice la Ronda.

La presidencia de turno de la Unión Europea, a cargo de Bélgica, ha marcado la celebración de un nuevo Consejo de Ministros para después de dicha Cumbre, el mismo sábado o el domingo. Su objetivo será posiblemente dar el toque final a la posición europea en el GATT, en la misma víspera del día limite señalado por el director general Peter Sutherland, fijado para el próximo día 13 de diciembre.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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