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Un conductor muere aplastado al desplomarse sobre la calzada una máquina de 40 toneladas

Jan Martínez Ahrens

Francisco Javier García González, de 24 años, murió a las siete de la tarde de ayer aplastado en su coche, cuando una máquina de 40 toneladas y 15 metros de altura se partió y se le vino encima en la Glorieta de San Vicente (distrito de Moncloa). La rotura fortuita de un eje de la máquina, utilizada en la construcción de un paso subterráneo para amartillar bloques de cemento, fue la causa del accidente, según el concejal de Obras, Enrique Villoria. La víctima, que se dirigía hacia la carretera de Extremadura, murió en el acto. El operario que pilotaba la perforadora salió ileso. Dos grúas de 60 toneladas fueron incapaces de retirar el amasijo de hierros.García González, procedente de la plaza de España, se dirigía en su Ford Escort blanco -matrícula M-1277-KB- hacía la carretera de Extremadura. Iba solo. Pasaban unos minutos de las siete de la tarde y el tráfico que le llevaba a iniciar un largo puente era fluido. Al entrar en la glorieta de San Vicente, a la altura de la fachada principal de la Estación del Norte, le esperaba la muerte. En el centro de la glorieta trabajaban en la construcción de un paso subterráneo dos máquinas dedicadas a amartillar los pilotes de cemento hasta que queden fijos en el suelo. El eje de una de ellas saltó fortuitamente, según la primera versión municipal. La parte superior de la máquina se desprendió y se desplomó sobre la calzada, en el momento en que pasaba el Escort blanco.

Prueba de la magnitud de la caída es que posteriormente dos grúas de 60 toneladas fuesen incapaces de retirar el brazo de la máquina, pese a intentarlo durante dos horas y media. Sólo consiguieron levantarla un metro: lo suficiente apartar la masa de metal en la que estaba incrustado el joven de Leganés. Para poder finalizar la operación acudió una grúa de 100 toneladas, escoltada por la Policía Municipal. A las 23.30, el levantamiento aún no había finalizado.

El accidente movilizó a la plana mayor del Ayuntamiento de Madrid. El alcalde, José María Álvarez de Manzano, acudió a la glorieta de San Vicente y pudo observar, rodeado de bomberos y policías, cómo la juez de guardía procedía al levantamiento del cadaver. A su alrededor se formó un atasco cada vez mayor, en una zona por la que discurren al día 50.000 automóviles.

El concejal de Obras, Enrique Villoria, señaló que el Ayuntamiento ha abierto una investigación para determinar las causas del desplome. El informe lo elaborará el director municipal de obras, Luis Armada. "Todo indica que no hubo error humano, sino una rotura accidental del eje", adelantó el edil.

La máquina accidentada está dividida en dos partes. La horizontal, en forma de oruga, permite el desplamiento de superficie. Sobre esta base se levanta en vertical una columna de unos 15 metros que sujeta un enorme martillo de unas ocho toneladas de peso. Para cumplir su función, la columna se inclina y el martillo, sin perder verticalidad, cae sobre las barras de cemento. El eje, como punto de unión, permite mover esta estructura. Fue precisamente esta pieza la que saltó, según la versión municipal, durante una maniobra de desplazamiento. La máquina se partió en dos. Y la parte vertical -columna y martillo- se desplomó sobre el coche.

Obra municipal

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Las obras las efectúa la empresa Rodio, subcontratada al efecto por Pacsa -la contratista general- Villoria destacó la "profesionalidad" de Rodio. El paso, sufragado enteramente por las arcas municipales, se inició en junio pasado. El Ayuntamiento calcula que para el próximo 15 de mayo habrán finalizado. El coste del proyecto asciende a 1.124 millones de pesetas.

Con esta obra, el Ayuntamiento pretende construir un paso subterráneo con que enlace la carretera de Extremadura con la plaza de España. En el momento del accidente, las máquinas realizaban trabajos de superficie. La rotura cortó el tráfico en ambos sentidos en la glorieta de San Vicente. Las colas se fueron extendiendo poco a poco, en un área vital para el contacto con la carretera de Extremadura (N-V) y a la ronda M-30.

La coincidencia con el fin de la jornada laboral y el inicio de un largo puente recrudeció el colapso. La avenida de Valladolid, la calle de Segovia y la Gran Vía fueron las principales arterias afectadas. La Policía Municipal redobló esfuerzos para diluir los atascos. La dificultad para retirar la máquina retrasó la vuelta a la normalidad. Al filo de la me dianoche, pese a que se habilitó un carril, seguían las colas.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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