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El Club de Roma insta a los líderes europeos a mirar al Este

El Club de Roma celebró ayer el 25º aniversario de su fundación con una advertencia a los líderes europeos para que asuman un papel activo en el mundo y revivan la idea de una Europa más amplia que la centrada en occidente, en torno sólo a la Unión Europea (UE), y piensen en todo el continente. "Si los europeos no actúan como un socio constructivo del resto del mundo, habrán fracasado, y la gente que fracasa es habitualmente castigada con la marginación", dijo su presidente, el español Ricardo Díez-Hochleitner, durante la clausura de su congreso anual, en la ciudad de Hannover.Para el centenar de miembros de este exclusivo foro de discusión y reflexión fundado en 1968, entre los que se encuentran científicos, académicos y representantes del mundo de la empresa y las finanzas, Europa occidental está obsesionada con sus propios problemas y olvida el resto del mundo. "Europa ha sido secuestrada por tecnócratas y burócratas", dijo el secretario general Bertrand Schrieider quien, como parte de las conclusiones a las que se llegó durante el congreso, pidió a los líderes europeos que establezcan cumbres anuales de jefes de Estado o de Gobierno de toda Europa, incluyendo Rusia.La primera sesión de trabajo, presidida por Díez-Hochleitner y en la que participaron, entre otros, el ministro presidente de Baja Sajonia, el socialdemócrata Gerhard Schröder y el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, apuntaba ya, con el título Europa 2020, ¿del Atlántico a Vladivostok?, una de las tareas que los miembros del Club de Roma recomiendan a los líderes europeos occidentales: mirar hacia el Este y revivir la idea de una Europa mucho más amplia en la que se integraría también Rusia. El segundo día, siguiendo esta misma línea, se trató sobre el papel del continente en el mundo y las imágenes que ofrece al exterior. Mirando hacia atrás, los miembros del Club de Roma, que influyeron realmente en la sociedad en 1972 con la publicación de su primer informe Límites del crecimiento, en el que se trazaba una pesimista visión del futuro, se pronosticaba el agotamiento de los recursos y se vaticinaba que la humanidad estaba al borde de la extinción, no consideran ahora que se hayan equivocado, sino que sus advertencias sirvieron para que la sociedad prestara atención a los temas más candentes, como los de la conservación del medio ambiente y de desarrollo, y para que los líderes políticos los incluyeran en sus agendas.

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