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Las carreteras, para el ciclista

Pedalear por la mayoría de las carreteras de la Comunidad de Madrid es misión de auténticos entusiastas de la bicicleta, por los peligros que en nuestros días supone circular por las mismas.Son diversos los peligros que debemos soportar los amantes del pedaleo, siendo el principal las carreteras, tanto por la escasez de arcenes como por la falta de mantenimiento de los pocos que hay.

El pasado año hubo dos ciclistas muertos en la M-203, precisamente por tener que circular por la calzada, ya que el arcén estaba lleno de tierra. A raíz de este atropello, dicho arcén se mantiene limpio de tierra, si bien son numerosos los cristales y las piedrecitas.

Son muchas las carreteras con el arcén intransitable, así como el borde de otras que no tienen arcén y que la tierra o el cemento dejado por los tractores y camiones hace que tengamos que circular más cerca del centro de la calzada, a menos que queramos ir haciendo ciclocross.

La conocida carretera de Colmenar cada vez es menos aconsejable para los ciclistas, tanto por los numerosos desvíos que se han ido incorporando, con el peligro que supone que los coches se desvíen o incorporen a más de 100 kilómetros por hora, como por los numerosos cristales que hay en los arcenes.

Por cierto, si alguien ve algún ciclista en las inservibles zonas de descanso puestas por la Comunidad de Madrid, por favor lo comunique rápidamente, pues es casi tan raro como que las ranas tengan pelo.

El poco respeto de los conductores hacia los ciclistas es otro de los grandes peligros. Te pitan, te hacen frenar en seco y otras gracias, cuando no circulamos en perfecta fila india, pero pocos cumplen el Código de Circulación, ya sea superando la velocidad permitida, o no dejando la distancia mínima de seguridad, recuerden 1,50 metros, pegándote un bocinazo justo cuando llegan a tu altura, y sobre todo lo que últimamente parece una nueva moda, adelantar a otro vehículo cuando un ciclista viene de frente. Antes, cuando se tenía que adelantar, pero de frente circulaba un ciclista, se solía esperar para efectuar el adelantamiento, pero en nuestros días parece que se ha perdido la costumbre, y ahora parece que se va a la caza del ciclista.

Son numerosos los casos en los que ha habido que tirarse a la cuneta para no ser atropellados por estos energúmenos del volante, pues, en el mejor de los casos, te pasan a menos de la distancia mínima, es decir, 1,50 metros, con el peligro que conlleva, ya sea de turbulencias o de choque en el peor de los casos, por la gran velocidad del coche que adelanta más la del ciclista que circula en sentido contrario; yo mismo me he tenido que tirar a la cuneta para no ser atropellado.

Por qué a un tractor circulando por la carretera a 15 o 20 kilómetros hora no se le pita ni se le recriminab por su poca velocidad y sin embargo a los ciclistas, aunque llevemos el doble de la velocidad del tractor, se nos prohíbe circular de dos en dos, y se nos dedican grandes bocinazos cuando está comprobado que circulando por parejas nuestra seguridad aumenta grandemente.

Los residentes en la capital tenemos, dificultades para practicar nuestro deporte, a menos que tengamos coche, pues salir del casco urbano ya supone un grave peligro y, además, las salidas son en muchos casos por autopistas.

Si nos alejamos unos 15 kilómetros del casco urbano, las carreteras están un poco menos transitadas, pero entonces los arcenes ya no existen en la mayoría de las mismas. Como ejemplo, para subir la clásica cuesta de Paracuellos, a sólo 20 kilómetros de la Puerta del Sol, tenemos que llegar por la carretera de Barajas o por la de Alcobendas, o incluso por la carretera de Belvis, pero en ninguna de las alternativas existe arcén. Si nos alejamos de la capital buscando rutas menos transitadas, tenemos que disponer de coche para alejamos al menos 30 kilómetros y encontrarnos con carreteras poco transitadas, aunque en tonces existe el inconveniente de estar bastante mal conservadas, aunque poco a poco las van haciendo nuevas.

Como ejemplo de mala conservación está la carretera de Belvis a Cobeña, que desde el mismo día de su inauguración está prácticamente intransitable para las bicicletas de carretera. Por otro lado, cuando quieren arreglar los baches, la mayoría de las veces son rellenados de asfalto en demasía y entonces es peor el remedio que la enfermedad.

Cuando llega la primavera, en el puerto de la Morcuera nos encontramos con los motoristas su biendo a todo gas tomando las curvas como si de un circuito se tratara, con el consiguiente peligro para los ciclistas que bajamos el puerto.

También hemos de tener en cuenta las salidas de los domingos, con las clásicas rutas hacia los chalés de fin de semana, como Miraflores, Navacerrada, Eurovillas, Brunete..., o las rutas gastronómicas.

Si se comportan correctamente con los ciclistas, éstos facilitarán la circulación y no les recriminarán, en absoluto, pero si se dejan la mano pegada al claxon, lo único que pueden conseguir es azorarles, y en el peor de los casos atropellarlos.

Cumplan, pues, las normas de circulación y respeten a los ciclistas, que también tienen derecho a circular, y, por cierto, si puedes, aficiónate a pedalear, tu salud te lo agradecerá.

es un ciclista que desde 1990 ha pedaleado más de 50.000 kilómetros por las carreteras de la Comunidad de Madrid.

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