El deficiente mantenimiento pone en peligro los valiosos libros del Ateneo
Algunos volúmenes de la segunda biblioteca de España ya se han perdido
La biblioteca del Ateneo de Madrid, que alberga medio millón. de ejemplares de los siglos XVI al XX, atraviesa graves problemas económicos, que comienzan a afectar al estado de los ejemplares. La deficiente conservación ha acabado ya con una colección de revistas decimonónicas y amenaza a medio millar de libros del siglo pasado, que ya han comenzado a deteriorar. Este año no se ha destinado presupuesto para la restauración o encuadernación e los volúmenes. Además, en las cajas ignífugas de seguridad sólo hay sitio para os 2.000 libros.
Se calcula que unos quinientos libros están en peligro, y una colección completa de revistas médicas del siglo XIX sufre tal deterioro que los especialistas la consideran perdida. "Cuando encontramos un ejemplar en mal estado sólo podemos tomar nota y esperar mejores tiempos", afirma con impotencia María José Albo, directora del departamento.Los 20 millones de pesetas que destinó este año el Ministerio de Cultura para restaurar los ejemplares más dañados (unos dos mil) hace meses que se agotaron. La biblioteca no cuenta con fondos para continuar las labores.
La biblioteca del Ateneo, la más utilizada por los lectores de Madrid después de la Nacional, tampoco tiene dinero para actualizar sus fondos. Con un presupuesto de 1,5 millones de pesetas para la compra de libros y 4,5 millones para revistas, sus actuales responsables no pueden atender la demanda de últimas novedades que realizan los usuarios.
"Con ese dinero escasamente se pueden comprar 500 libros. Es una lástima que la que ha sido considerada segunda biblioteca del país se encuentre en estas condiciones", afirma Miguel Losada, socio-bibliotecario del Ateneo. La biblioteca del Ateneo ha sido utilizada por las más importantes figuras políticas y literarias de los siglos XIX y XX. En ella estudiaron y escribieron Espronceda, el duque de Rivas, Galdós, Clarín, Cánovas o Azafia. El espíritu liberal que siempre la caracterizó permitió que durante el franquismo fuese la única en donde se pudiera leer El capital, de Karl Marx.
Valor histórico
Las cámaras de seguridad del Ateneo sólo tienen cabida para 2.000 libros, "por lo que valiosos ejemplares tienen que ser guardados en simples estanterías", dice Losada. Los especialistas consideran que más de la mitad de los 500.000 ejemplares que alberga el edificio tendrían que ser conservados en estas cámaras ignífugas, dado su enorme valor histórico y bibliográfico. Además, los trabajos de construcción de unos nuevos depósitos bibliográficos en los sótanos del edificio hacen que el polvo de las obras se aposente en el interior de las estanterías. Estos trabajos no estarán finalizados hasta dentro de algunos meses.
Las obras han obligado a trasladar provisionalmente unos 90.000 volúmenes a unos depósitos del Ministerio de Cultura en la localidad de Alcalá de Henares. No obstante, este traslado no ha evitado, según María José Albo, que Ias páginas de algunos volúmenes adquieran un aspecto apergaminado. Los estantes están encima de las calefacciones", comenta.
Las humedades de un edificio con más de cien años tampoco ayudan a la conservación. Se han encontrado casos de libros afectados por hongos. El secretario segundo del Ateneo, Alejandro Sanz, pide a las instituciones públicas y privadas ayudas urgentes: "No se puede permitir que se degrade una parte tan importante del patrimonio nacional".
Sin embargo, los responsables de la biblioteca consideran buenas las medidas de seguridad. "Los ejemplares del llamado Fondo Antiguo (volúmenes de los siglos XVI al XIX) se revisan página a página cuando son devueltos", afirma Miguel Losada. El socio-bibliotecario recuerda que durante muchos años desaparecieron páginas manuscritas de estos ejemplares. "Con una cuchilla arrancaban hojas en las que se había escrito una simple dedicatoria del autor". Losada considera que estos hechos apenas se producen ya, dados los controles de seguridad que se efectúan.
3.500 lectores
En la biblioteca trabajan tres especialistas, dos ayudantes y 14 mozos de sala. "Es imposible que con ese personal podamos cubrir las necesidades del fondo", dice Losada. La institución abre todos los días de la semana entre las nueve de la mañana y la una de la madrugada. Es utilizada principalmente por opositores, universitarios e investigadores. Se calcula que es visitada por unas 3.500 personas al mes. Hace poco, la ministra de Cultura, Carmen Alborch, visitó el Ateneo. Los responsables del fondo no dudaron en pedirle nuevas ayudas para la institución. La contestación de la ministra no les satisfizo.
Los bibliotecarios sólo han informatizado las publicaciones recibidas a partir de 1984. El resto están clasificadas en fichas, escritas hace siglos en algunos casos. En los viejos ficheros de hierro se mezclan anotaciones realizadas por Mesonero Romanos con otras recién salidas del ordenador.
Los responsables de la biblioteca reconocen que la escasez del presupuesto les impide incluso limpiar las claraboyas que se alzan sobre algunas de las salas de lectura. En la sala denominada La Pecera, los cristales opacos acumulan suciedad de varios lustros. "A ver si alguien nos subvenciona un andamio para limpiarlo, porque de lo contrario va a seguir así mucho tiempo", augura Miguel Losada.
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