La televisión cubana se abre a la propaganda comercial

La televisión cubana, que durante tres décadas ha sido, junto a Radio Rebelde, la principal propagandista de la revolución de Fidel Castro y la defensora de la moral socialista del régimen cubano, se ha sumado al proceso de apertura y cambios económicos que tienen lugar en la isla, y lo ha hecho abriendo sus emisiones, a los anuncios comerciales y al mundo de los patrocinadores oficiales. En Cuba, la televisión es un ente controlado por el partido comunista, y la propaganda comercial desapareció de las pantallas televisivas hace ahora 34 años.

Los cubanos pudieron ver los primeros anuncios televisivos hace poco más de una semana, justo cuando comenzaron el pasado día 19 las retransmisiones de los XVII Juegos Centroamericanos del Caribe, que se desarrollan hasta mañana en la ciudad puertorriqueña de Ponce. Sin embargo, no se trataba de anuncios normales de cerveza, comida, coches o de símbolos del capitalismo, como la Coca-Cola.Eran algo mucho más sencillo, simplemente los logotipos parpadeantes de empresas extranjeras con representación en Cuba, como Cannon, Castrol, DHL, Guitart Hoteles y Bodegas Vega de la Reina; empresas mixtas, como la de perfumes Suchel, o corporaciones cubanas, como Cubanacan, Rones Havana Club o Cubana de Aviación: 12 en total. En principio, el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), que preside el miembro del Comité Central del Partido Comunista Enrique Román, sólo ha querido que la publicidad se haga durante los Juegos.

Prueba

Las firmas que se anuncian figuran como patrocinadores oficiales y su logotipo aparece en pantalla cuatro veces a la hora y una vez al día en el resumen que se le envía a la CNN y a otra cadena de televisión extranjera, mientras que los narradores deportivos mencionan el nombre de la empresa una vez por hora."De momento no hay más. Esto es sólo una prueba", dijo a EL PAÍS José Luis Lobatón, asesor del presidente del ICRT, quien, no obstante, reconoció que la iniciativa era importante, pues hace tan sólo un año era impensable que algo así pudiera suceder en la televisión cubana.

Según Lobatón, el objetivo de esta primera experiencia publicitaria era financiar la retransmisión de los juegos, que costaba 70.000 dólares, y comprobar la aceptación que tenía esta apertura del ICRT en las más de 450 empresas extranjeras establecidas oficialmente en Cuba. "Lo primero lo hemos conseguido", aseguró Lobatón, informando que los contratos publicitarios oscilaron entre 5.000 y 10.000 dólares, dependiendo del número de veces que el logotipo aparecía en televisión.

El próximo objetivo podría ser, según dijeron a este diario otras fuentes del ICRT, la venta de vallas publicitarias en los estadios de béisbol, el deporte nacional en Cuba. El precio de las vallas durante la próxima serie nacional de béisbol, que comenzará el mes próximo, estaría entre 100 y 200 dólares y, pese a su bajo precio, los expertos opinan que sería muy difícil venderlas, pues todavía la demanda es muy escasa en la isla. Según una reciente encuesta del ICRT, la idea de que se incluya publicidad en las emisiones de la televisión no es mal recibida por el público, pero existe preocupación por la aceptación de los mensajes, ya que no existe un mercado interno.