Vollenweider invita con su música "a pasar un día en el campo"

Tras varios años de ausencia de los escenarios españoles, el popular arpista suizo Andreas Vollenweider ofrecerá hoy un nuevo concierto en el marco inusual del cine Tívoli de Barcelona, que repetirá mañana en Madrid en el Palacio de Exposiciones y Congresos. Vollenweider, que dice que su música es como una invitación "a pasar un día en el campo", presentará su último disco, Eolian Minstrel, que se aparta sustancialmente de todos los anteriores ya que incorpora el texto en forma de canciones. Hasta ahora todas las composiciones de Vollenweider habían sido instrumentales.

"Siempre quise escribir canciones", explica el arpista. "Me gustan las canciones, pero necesitaba alguien que quisiera trabajar conmigo en las letras y al fin lo encontré". Ese alguien es la cantante norteamericana Eliza Gilkyson, que ha escrito la mayoría de estas letras y se ha incorporado al grupo para interpretarlas en directo."Espero que las letras añadan algo especial a mi música", prosigue Wollenweider. ".Es como una Invitación a pasar un día en el campo. Con la música intento ofrecer los elementos informativos suficientes para que cada uno pueda componer su propio viaje. Con las letras espero añadir nuevos elementos".

Vollenweider no quiere ni oír hablar de la etiqueta new age y también rechaza la de world music que se le aplicó a su anterior trabajo, Book of roses. "Las etiquetas limitan, excluyen todas las demás posibilidades", afirma. "Odio las categorías. Además, cada disco es diferente del anterior, en el nuevo hay más elementos de rock que de música étnica. Yo lo llamaría simplemente música popular contemporánea. Eolian Minstrel es, en realidad, un tributo al dios del viento, la energía más fuerte de la naturaleza. Tenemos que fijarnos en el discurrir del viento, ver cómo fluye y cómo cambia constantemente. Fluir, desarrollarnos, redefinirnos, convertirnos en algo nuevo cada día".

El interior

Música y filosofía de la vida son cosas totalmente inseparables para Andreas Vollenweider. "Todo proceso que nos lleve a la paz ha de empezar por establecer una comunicación con nosotros mismos, con nuestro interior, y la música ayuda a construir ese puente con nuestro interior. En mis conciertos y en mis discos lo que intento es invitar a ese proceso de interiorización. Si la gente quiere sólo escuchar la música y bailar o conducir el coche al mismo tiempo puede hacerlo, está bien, pero si busca algo más también puede encontrarlo porque nosotros ponemos ese algo más".

A pesar de los cambios estéticos que pueden significar la introducción de letras en sus composiciones, la peculiar técnica arpística de Andreas Vollenweider no ha variado en lo más mínimo.

"Fui muy afortunado porque nadie me enseñó a tocar el arpa", dice. "Yo tenía ya una música determinada en mi cabeza y buscaba formas de expresarla cuando encontré el arpa. Tuve que desarrollar una técnica especial que me permitiera expresar todas esas ideas". Esa técnica mezcla, de alguna manera, la forma de tocar de los arpistas paraguayos, es decir, con las uñas y no con las yemas de los dedos, con la sonoridad del arpa clásica europea, sin desdeñar nunca las aportaciones de la electrónica.

"El arpa está viviendo un nuevo renacimiento, introduciéndose en los estilos de música más diversos, incluidos el pop y el rock", concluye el siempre sonriente Vollenweider, que en sus recitales mezclará los temas de su último disco con versiones libres de éxitos anteriores.