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PROTESTAS SINDICALES

Los sindicatos piden al Gobierno que retire su reforma

Los trabajadores y los parados reclaman recetas diferentes para salir de la crisis

Javier Moreno

Fue una gran expresión del miedo al paro y de la rabia contra las recetas del Gobierno para salir de la crisis. A las siete de la tarde de ayer, Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo, lanzaron el pistoletazo de salida. "El Gobierno tiene que reconsiderar su posición", afirmaron los líderes de CC OO y UGT al pie de la pancarta que abría la manifestación de Madrid para protestar contra la reforma laboral que prepara el Ejecutivo:

Inmediatamente, varios miles de personas arrancaron hacia la Puerta del Sol. Los sindicatos cifraron en 150.000 los participantes en la marcha y la policía aseguró que eran más de 70.000. Si se considera que a las 20,45 horas, la zona comprendida entre la bifurcación de la calle Alcalá con Gran Vía y la Puerta del Sol estaba totalmente ocupada por los manifestantes, un cálculo somero arroja una cifra cercana a las 100.000 personas. Se utilizó para ello una media de tres personas por metro cuadrado, excepto en la zona ancha de Alcalá, la más lejana, donde se estimaron dos personas por metro cuadrado. "Hacía falta ya una huelga general" fue el grito más coreado.

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"No nos dejan otra opción que estar en la calle"

La convocatoria sindical contra la reforma del despido y la contratación, el recorte del desempleo y la congelación salarial de los empleados públicos reunió ayer a cientos de miles de trabajadores en toda España, según las primeras estimaciones.

Atender el clamor

Refiriéndose al Gobierno, Antonio Gutiérrez declaró que éste "ha tenido tiempo para atender el clamor en España contra las medidas que prepara". "Unas medidas injustas e ineficaces para crear empleo", precisó Gutiérrez, entre los gritos de los manifestantes.Redondo calificó las manifestaciones de ayer de "movimientos de disuasión y protesta". Pero, no obstante, ambos dirigentes sindicales no dejaron escapar la oportunidad de presentar las movilizaciones de ayer como un ensayo de una posible huelga general antes de Navidad. "Si no hay más remedio, lo haremos", dijo Gutiérrez.

"La pelota está ahora en el techo del Gobierno", según los dirigentes sindicales, que exigieron al Ejecutivo que negocie de verdad. Gutiérrez emplazó al Gabinete de Felipe González a que no "se deje llevar por los que le piden coraje". "Porque le piden coraje contra los más débiles". "Eso no es coraje, es cobardía", dijo.

El paro, las consecuencias del paro, el miedo al paro. La protesta de ayer giró en torno a ese eje. Un motivo que proclamaban las pancartas -"Nuestro objetivo: el empleo"-, retornaban los gritos -"España quiere trabajar"- y manifestaban espontáneamente los participantes en la protesta.

"¿Qué por qué estoy aquí? Porque tengo cinco hijos sin trabajo", apenas acertaba a explicar Benito Arranz, un jardinero del Ayuntamiento de 62 años, que fue uno de los primeros en acudir a la cita: a las cinco y media ya estaba en Cibeles, de dónde partió la marcha. "Tenemos un Gobierno mentiroso, que el obrero no le quiere".

Entre la abundante presencia de gente mayor, destacaban también los jóvenes. Una pancarta del Sindicato de Estudiantes apelaba al paro general: "Por una huelga general de obreros y estudiantes". A pie de pancarta, Iván Duque, un estudiante de Artes Gráficas de 23 años y miembro de la ejecutiva del sindicato, explicaba los motivos. "Es absolutamente necesario para los trabajadores y sus hijos". Duque calificó el contrato de aprendizaje que prepara el Ejecutivo como "el ataque más brutal del Gobierno: legaliza la explotación de los jóvenes".

Paralelamente discurrieron otras protestas convocadas por los sindicatos CSIF y Unión Sindical Obrera (USO).

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