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Guinea presiona a España para que reconozca el resultado electoral

España deberá reconocer el resultado de las elecciones legislativas del domingo en Guinea Ecuatorial "o no habrá Gobierno con el que examine la continuidad de la cooperación" en la ex colonia africana, advirtió ayer en Malabo el viceprimer ministro guineano, Miguel Oyono, con una nueva descarga provocadora que, según algunos sectores de la diplomacia española, busca la ruptura total entre Malabo y Madrid. Oyono calificó de "inoportunas e incoherentes" las declaraciones del ministro de Exteriores español, Javier Solana, denunciando la '1alta de requisitos mínimos" de las votaciones, que fueron masivamente boicoteadas por la población guineana.

El régimen de Teodoro Obiang ha reanudado sus pasos para lograr una ruptura total con España tras la derrota sufrida en las elecciones legislativas del domingo a las que la población guineana se negó a participar en un inédito desafío al intento de maquillaje de la dictadura. Esa es la interpretación dada por fuentes diplomáticas españolas y extranjeras a las retadoras declaraciones vertidas ayer por el viceprimer ministro y ministro de Ganadería y Pesca, Miguel Oyono en Malabo.Las iras del representante guineano se volcaron contra las declaraciones del domingo y ayer del ministro de Exteriores español, Javier Solana que, volvió a denunciar la "falta de requisitos mínimos" del proceso electoral guineano y calificó la baja participación electoral en las votaciones como la respuesta de unos "ciudadanos que no quieren apoyar un proceso sin garantías".

"Solana debe ser consecuente con sus palabras, pues o reconoce el resultado de las elecciones guineanas o no habrá gobierno con el que examine la continuidad o no de la cooperación", añadió. Con ello, el representante guineano se refirió a la expiración, el próximo enero, del actual plan marcó de cooperación que encuadra los últimos restos de presencia española en la ex colonia africana.

La negociación de un nuevo plan plantea diversos retos a la diplomacia española. Según fuentes de Exteriores en Madrid, sólo caben dos hipótesis: el desmantelamiento total de la cooperación o la permanencia.

La tesis del abandono es considerada negativamente por quienes creen que ello sólo favorecería el afianzamiento de la presencia francesa y las pretensiones del Gobierno guineano, deseoso de eliminar testigos molestos ante nuevas acciones represivas contra una población indefensa. Las implicaciones del Gobierno guineano en el narcotráfico han neutralizado, en efecto, las amenazas españolas de retirar la cooperación que, anteriormente, constituía la única fuente de ingresos del régimen.

Entre los defensores de la permanencia en Guinea Ecuatorial son muy fuertes las voces de quienes consideran que, sin embargo, es necesario un replanteamiento de la cooperación que destina a Guinea unos 2.000 millones de pesetas cada año para que ésta sea realmente efectiva, tanto en !u intento de mejorar las depauperadas condiciones de la población civil, como de presionar al régimen de Obiang.

Los portavoces de la Oficina de Información Diplomática emitieron ayer un comunicado de respuesta a las declaraciones de Oyono en el que se 1amenta" la carencia de pluralismo de las últimas votaciones.

El malestar del régimen guineano también se volcó contra el embajador norteamericano, John Bennet, acusado por la policía guineana de haber sido sorprendido el domingo en un cementerio mientras realizaba prácticas de brujería.

Mientras en Malabo, representantes diplomáticos reiteraron a este diario el triunfo del boicoteo a los comicios del domingo promovido por diez de los 14 partidos legalizados.

En Bioko, los ninjas -la nueva guardia de seguridad guineana entrenada por la cooperación policial francesa-, pusieron en práctica de inmediato sus peculiares tácticas de represalia contra la población. Situados en dos puntos estratégicos de las dos carreteras que llevan a la capital, los ninjas no permitieron el paso hacia la antigua Santa Isabel a quienes no presentaban el recibo de voto en los comicios. Las campesinas que se dirigían al mercado de Malabo para vender sus productos, se fueron concentrando en torno a las barreras sin poder ejercer la única actividad económica posible en la maltrecha situación guineana.

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