_
_
_
_

Los teólogos españoles sostienen que la última encíclica del Papa niega la ética civil

Críticas a la 'Veritatis Splendor' por prescindir de la dignidad del hombre

Los teólogos, al paro; la ética civil no puede existir; la ley natural -la participación del orden que está en la mente de Dios (ley eterna) en la naturaleza- lo regula todo sin tener en cuenta la dignidad de hombre, que pierde su autonomía; hay dos varas de medir, una tolera la pena de muerte y la otra impide utilizar el preservativo para combatir el sida. Esto dice la Veritatis Splendor, la última encíclica de Juan Pablo II, a juicio de importantes especialistas en teología moral, que analizaron durante el fin de semana el texto pontificio en el Instituto de Ciencias Morales de Madrid.

Más de quinientas personas abarrotaron la sala de actos de este instituto, el único centro de España que expide licenciaturas y doctorados en teología moral, para escuchar a los primeros espadas en la materia. Muchos de los asistentes expresaban su perplejidad ante la nueva encíclica, que condena los proporcionalismos; esto es, la línea teológica que permite hacer un mal para conseguir un bien superior. Alguno echó mano de un ejemplo de san Alfonso María de Ligorio, fundador de los redentoristas, de quienes depende el centro, para ilustrar la cuestión: ¿qué hace un matrimonio que está haciendo el amor y ve cómo en la habitación entre su hijo pequeño? ¿Paran -coitus interruptus, pecado- o continúan -escándalo, luego también pecado-? La risa inundó la sala.En la mesa, Marciano Vidal, director del instituto; Julio de la Torre, profesor en la Academia Alfonsiana de Roma y del propio instituto, ambos redentoristas; José Ramón López de la Osa, dominico y especialida en cuestiones de ética y política; y Bartolomeu Bennassar, profesor en el Centro de Estudios Teológicos de Palma de Mallorca. Cayó del cartel el jesuita Eduardo López de Azpitarte; las autoridades académicas de la Facultad de Granada, dirigida por la Compañía de Jesús, le aconsejaron que no acudiera a la cita, explicó Marciano Vidal.

De la Torre fue muy duro. Criticó la Veritatis Splendor por hacerse fuerte en la ley natural para declarar una "guerra cultural" a una sociedad plural. "Denota", dijo, "falta de seguridad, una intención de evadirse de la búsqueda de la verdad, penosa pero fascinante". Y supone, añadió, "un recurso fácil" en el que parece que la "única moral válida es la religiosa, sin tener en cuenta la otra moral, la propia dignidad del hombre".

Y es que todos los ponentes dijeron, con más o menos rotundidad, que la Veritatis Splendor niega la posibilidad de crear una ética civil basada en unos valores mínimos. El diálogo intercultural, así, es prácticamente imposible. "No hay posibilidad de establecer un diálogo entre conciencias autónomas no trascendentes", dijo López de la Osa. "Hombre, hay algunas pistas que, si las tomas aisladamente y con pinzas, podrían servir para trabajar en la construcción de una ética universalizable, que es un desafío de la cultura contemporánea, basada en la responsabilidad humana", añadió benévolo Vidal. "Creo que exageras, porque nos quitan los instrumentos para ese diálogo", apuntó Bennassar. "Es que los teólogos quedan prácticamente en paro, porque no tienen otra cosa que hacer que dar razones y justificaciones a lo que dice el magisterio", había dicho antes Vidal. O sea, según la encíclica, han de limitarse a ser voceros del magisterio.

Mayoría de edad

Bennassar apuntó incluso que la verdad, como es concebida en la encíclica, puede ser calificada de reaccionaria, "porque se cuestiona la mayoría de edad del sujeto". "Al Papa le cuesta aceptar que el sujeto humano tenga un verdadero sentido de la moralidad y que sea capaz de pensar moralmente si no es a partir de la razón, pero servida por el magisterio", comentó a este diario. "Sí, sí, condiciona la autonomía del hombre a su sometimiento a la ley natural", abundó López de la Osa.De la Torre fue más allá cuando dijo que se parte, en la Veritatis Splendor, de que la naturaleza humana es la "misma e inmutable", sin tener en cuenta que el hombre tiene una "historia que lo diversifica". La naturaleza humana, en los parámetros de la ley natural, sería, según la doctrina del magisterio, muy fácil de entender. "Basta con usar la razón", dijo. Pero, añadió que su parecer no es el mismo. "Yo me pregunto: ¿tan fácil es llegar a conocer esa naturaleza humana, hasta desentrañar sus entresijos, cuando todavía el catecismo no es capaz de llegar a una aclaración de la cuestión sobre la pena de muerte?".

La ley natural, analizó, si existe, está en Lázaro, el pobre que se sienta a la mesa del rico para comer las migajas. "La universalidad que tienen los principios no es esa universilidad lógica, sino esa exigibilidad con que se presenta Lázaro, que me interpela".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_