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El símbolo desnudo

La imagen de las Torres de KIO (Puerta Europa) con el esqueleto al aire es el gran símbolo del fracaso del grupo inversor kuwaití en España. Su subasta pública -mañana es la tercera y, casi con certeza, la última- es, además, la muestra más palpable de la práctica liquidación de Prima Inmobiliaria, puesto que es su principal activo, controlado a través de la filial Urbanor. Prima y Urbanor presentaron suspensión de pagos el 11 de diciembre de 1992 con un pasivo de casi 160.000 millones de pesetas, tan sólo siete días después de que lo hiciera su matriz, Grupo Torras. Desde ese momento hasta ahora, la vida de Prima ha sido una carrera por vender su joya inmobiliaria con el objetivo de inyectar liquidez a un proyecto al borde del colapso.Sin embargo, y a pesar de los reiterados anuncios de su consejero delegado, John Gómez Hall, el caballero blanco nunca llegó, ante la impaciencia de acreedores tan renombrados como Fomento de Construcciones y Contratas -la constructora de las hermanas Alicia y Esther Koplowitz-, la Caja de Madrid, el Banco Central Hispano o Abengoa. Serán precisamente ellos, si no ocurre algo inesperado, los que recibirán una de las herencias malditas de KIO.

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¿Qué fue del grupo Torras?

El consorcio formado por este grupo de deudores está dispuesto a invertir un total de 30.000 millones de pesetas en la compra y terminación de las Torres, Una inversión repartida de forma directamente proporcional a la deuda de cada uno de ellos. Es decir, Fomento correría con el 38%, Caja de Madrid con el 30%, BCH con el 24%, y Abengoa (junto a otros acreedores), con el 8%, según detallaron fuentes empresariales, que precisaron: "Esta fórmula no está cerrada, puesto que, muy posiblemente, estaremos negociando hasta en la misma puerta de acceso a la sala de subastas".

En la historia de Prima tampoco ha faltado su capítulo de demandas, acusaciones y encausamientos. Un grupo de pequeños acreedores ha acusado a Prima de quiebra fraudulenta, lo cual, según determinados planteamientos, podría paralizar el proceso de subasta. Además, el consejero delegado de Prima está encausado por su presunta relación con una de las posibles tramas de fraude con facturas falsas. Asimismo, en el transcurso del proceso legal de la suspensión, fue necesario el cambio de interventores. Lajuez María del Mar Crespo decidió cesar a los tres primeros por presuntas actuaciones irregulares y cambiarlos por Rosa Moya y Javier Ramos, que han llevado al detalle el resto del proceso.

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