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Gerardo Malla fracasa como ligón, pero triunfa como actor en su último espectáculo

El director estrena en Toledo 'El último amante', de Neil Simon

Políticos y gentes del teatro cambiaron el ritmo de Toledo el pasado viernes. Unos asistían a la cumbre hispano-francesa y los otros acudieron al teatro de Rojas, donde estrenó El último amante, de Neil Simon, dirigida e interpretada por Gerardo Malla, quien se las ve y se las desea para ligar en escena con las actrices Carmen de la Maza, Isabel Mestres y Lorena García, cosa que, como en la vida misma confiesa que le ocurre, no consigue este director. El personaje que interpreta el dramaturgo, un cincuentón que se lanza por primera vez en la vida, tras 23 años de matrimonio, a las artes de la seducción, ofrece a un Malla descacharrante, que arrancó, junto con sus compañeras, grandes carcajadas al público.

El director reconoce que la identificación con su personaje, que no se come una rosca por más que lo intenta, a veces es total: "Si no seda en todo momento es porque siempre hay un roto para un descosido, pero una cosa es que me guste en la vida vivir los conflictos con las mujeres y reproducirlos en -el teatro, y otra cosa es que me tomen el número cambiado, porque yo puedo morir matandoEntre el público, además de los aficionados toledanos, se hallaban a famosos desplazados desde Madrid, como los actores Manuel Galiana, Pepe Martín, Pepe Sancho, Paco Vidal, Lola Cardona, al dibujante Máximo, el cineasta Agustín Navarro, la cantante María Jiménez...

Quienes no puedieron asistir a la representación fueron los hijos de Gerardo Malla y Amparo Valle, ésta última sable de la versión y desplazada a Granada para una representación teatral. Tanto Miguel, quien ha hecho la música del espectáculo, como Coque Malla, se encontraban fuera de España. El primero siguiendo sus estudios en el conservatorio de música de Amsterdam, y el segundo en Portugal donde prepara su primer trabajo como protagonista en la próxima película de Juan Miñón.

Malla se sentió abrumado por la respuesta del público: "Ha sido una acogida tan cálida, que necesito tiempo para reposar esta reacción, y deslindar la pasión que me ha parecido ver en los espectadores de lo que puede ser la realidad".

El proceso que ha seguido para montar este divertido texto de Simon,, ha sido inusual, tratándose de una comedia. Él y las tres actrices abordaron los personajes como si tuvieran entre manos un texto de Chejov o de Arthur Miller, al que aplicaran técnicas stanislavskianas: "Cuando conseguimos profundizar en los conflictos y asumir que en la función había cuatro seres humanos llenos de problemas reales, di una vuelta de tuerca para llegar a la comedia pura y dura, y por tanto a su último objetivo: estar lo más graciosos posible".

La escenografía de Toni Cortés y la iluminación de Juan Gómez Cornejo, han reproducido el piso de una anciana de clase media alta (la madre del personaje masculino) en el que las fotos familiares no son otras que las de la propia familia de Malla. "Es una broma sólo en parte, porque no oculto que me he querido implicar en esta función desde todos los ángulos posibles", comenta Malla. Con esta obra ha cumplido su sueño dorado de rodearse de mujeres, divertirse sobre un escenario y abandonar, por un tiempo, proyectos profundos y sesudos: "Además hay que reivindicar la comedia para gentes del teatro que también nos planteamos otros proyectos escénicos que, erróneamente, consideramos que son los serios".

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