El tribunal impide la declaración de una víctima de Alcalá 20
El tribunal que juzga el incendio de Alcalá 20 (81 fallecidos) no permitió ayer que declarara la sobreviviente de la catástrofe que sufre mayores secuelas, María Teresa Fernández, por considerar que su testimonio era prescindible.María Teresa, de unos 36 años, acudió a la vista. Pero, ante sus posibles problemas de comunicación, el presidente del tribunal decidió que fuera examinada por la médica forense. Ésta determinó que la testigo sólo podía contestar a preguntas sencillas, aunque con un grave problema de expresión en el lenguaje. Tras estudiar el informe forense, el tribunal estimó que no era imprescindible oír a la testigo, decisión que fue protestada por todas las acusaciones particulares.
Parálisis parcial
A consecuencia de las lesiones sufridas, María Teresa permaneció tres meses en coma y más de 400 días ingresada en la Paz. En la actualidad sufre un daño cerebral complejo que afecta a varias funciones, con problemas de movimiento, visión y habla, además de una parálisis en la parte derecha del cuerpo.
La superviviente señaló a los periodistas que en el momento del incendio ella tenía ya puesto el abrigo y se encontraba subiendo la escalera de la discoteca, cuando se apagaron las luces y todo se llenó de humo. "Me empujaron, me pisaron y me quedé allí en estado de coma".
La testigo había acudido a la discoteca a celebrar el inicio de las vacaciones con unos compañeros de la Facultad de Filosofia de la Universidad Autónoma, donde estudiaba quinto curso de Historia del Arte y trabajaba como secretaria en la biblioteca.
En el momento de los hechos, María Teresa era madre soltera de una niña de ocho años. No vive con ella por dificultades económicas: únicamente cobra una pensión de invalidez de 130.000 pesetas; la testigo ha tenido que trasladarse a Canarias para vivir con su hermano. El fiscal del caso Alcalá 20 pide para María Teresa una indemnización de 50 millones.
El mayor deseo de María Teresa es poder vivir en Madrid con su hija, Nadia.
Miguel Emilio Blázquez, padre de Nadia, declaró ayer en la vista que convivió con María Teresa tres años y luego se separaron. "Después del accidente, Maite [María Teresa] tuvo que regresar a vivir al domicilio de su madre, donde al morir ésta me trasladé yo. Cuando caí gravemente enfermo y no la podía cuidar, se fue a Tenerife a vivir con su hermano". Blázquez señaló que María Teresa necesita ayuda continua: "He solicitado ayuda como seis veces al Ayuntamiento de Madrid, pero me han venido a decir que cómo tenía vergüenza de pedir ayuda con una pensión y con una hija que ya podía trabajar".
En la sesión de hoy declarará Carlos López Collado, concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid.
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