Aznar augura poco éxito al pacto institucional si el Gobierno no acepta un diálogo económico
El Partido Popular mantendrá abierta la vía del diálogo con el Gobierno sobre re formas institucionales, pero reclama del Ejecutivo mayor flexibilidad para aceptar también la colaboración de la oposición en la lucha contra la crisis. En otras palabras, sin diálogo económico, las posibilidades de pacto institucional quedarán reducidas al mínimo imprescindible. Así lo explicó ayer ante la ejecutiva el presidente del partido, José María Aznar. La dirección del PP avaló las conversaciones con el Gobierno, pero mostró inquietud por las críticas que les han costado a los populares.
No hubo voces discrepantes en la ejecutiva. Todos comprenden la fase en que está embarcado el partido y, en palabras de Marcelino Oreja, aceptan simultanear diálogo y oposición "es el camino más difícil, pero el único posible" para un partido con más de ocho millones de votos y que aspira a suceder en el poder al PSOE.Aznar explicó a sus compañeros de ejecutiva la necesidad del diálogo con el Gobierno. En la legislatura anterior, señaló, el PP hizo una oposición fuerte que dio buen resultado, como se comprobó en las urnas. Pero ahora, según Aznar, no es posible actuar como un partido que no va a llegar nunca al Gobierno y seguir haciendo una política de piñón fijo.
El futuro, agregó el presidente del PP, será una combinación simultánea de diálogo y oposición. Los populares consideran que la flexibilidad a que les obliga la búsqueda de acuerdos no debe llevar a modificar un ápice la tarea de oposición en todos los ámbitos, aunque se ejerza de manera distinta.
Aznar se declaró consciente del riesgo de combinar acuerdos y oposición y dispuesto a afrontarlo porque, dijo, es preferible la coherencia a la crítica radical. La dirección del PP pidió un esfuerzo de explicación a la opinión pública tras los ataques de sectores tradicionalmente favorables que ha sufrido el partido desde la entrevista entre González y Aznar.
Acabada la justificación del diálogo, Aznar abrió una segunda parte de su exposición para señalar sus límites. El PP está dispuesto a llegar a acuerdos institucionales, aunque le cueste algún esfuerzo, y exige del Gobierno flexibilidad en la búsqueda de acuerdos económicos, aunque le cueste algún esfuerzo, señaló.
Porque la crisis, según el líder del PP, es el principal problema de los españoles y el lastre más importante para el futuro. No se pueden rechazar de plano y sin diálogo, agregó, soluciones económicas contra la crisis avaladas por más de ocho millones de votos.
El presidente de los populares cree que la responsabilidad de la situación es de la "coalición PSOE-CiU", a la que acusa de servir sólo para rechazar las enmiendas del PP en el debate de los presupuestos, aún antes de saber lo que significan.
Tras advertir que sin diálogo económico y colaboración contra la crisis la búsqueda de acuerdos institucionales se reducirá al mínimo imprescindible, Aznar destacó la necesidad de conocer exactamente la situación e hizo un llamamiento a su partido para que acepte el diálogo y la colaboración siempre que sea posible para salir de una crisis que juzgó la más grave desde 1959. "El PP", dijo, "lo intentará hasta el final".
El líder de los populares rechazó ante la ejecutiva cualquier relación entre la audiencia con el Rey en La Zarzuela y la entrevista con González, unos días después. La audiencia real, señaló, estaba programada con mucha antelación y se decidió simplemente hacerla pública, mientras otras muchas que se celebran no se dan a la publicidad.
