La guerrilla tamil mata a 300 soldados de Sri Lanka
Unos 300 militares del Ejército y de la Marina de Sri Lanka murieron ayer en el asalto por los separatistas tamiles de una base militar, aislada y de gran valor estratégico, situada en el norte de la isla. Este ataque, sin precedente por su amplitud desde el inicio de la guerra civil que ensangrienta Sri Lanka desde hace 10 años, se produjo en la península de Jaffna, uno de los baluartes de los independentistas, y fue llevado a cabo por los Tigres de Liberación de Eelam Tamil.
El ataque se produjo de madrugada. Aprovechando la oscuridad, varios centenares de guerrilleros tamiles asaltaron las instalaciones militares de Pooneryn, que cuentan con una importante base naval. Los asaltantes, que según fuentes del Ministerio de Defensa de Colombo sumaban alrededor de 500 efectivos, llegaron a la vez por tierra y por mar, utilizaron armamento pesado, incluyendo morteros y cohetes.Los 1.500 soldados de los dos batallones que se encontraban en las instalaciones de la base militar fueron sorprendidos por la intensidad del fuego de los guerrilleros y tardaron en reaccionar. El número de personal de la Marina de Sri Lanka que permanecía en las instalaciones militares en el momento del asalto no fue precisada por ninguna fuente oficial.
Los tamiles parecían controlar perfectamente todos los alrededores de la base e impedían el acceso por tierra, así bloquearon el traslado de refuerzos militares hacia el lugar del enfrentamiento. Unos helicópteros que intentaban aterrizar en la base tuvieron que retroceder ante el fuego graneado de los asaltantes. Tras siete horas de combates encamizados, los separatistas lograron hacerse con el control total de la base. A continuación se hicieron con gran cantidad de material militar, sobre todo carros de combate y otros vehículos blindados. Las instalaciones de la estratégica base de Pooneryn quedaron destruidas en su gran mayoría. "Fue un ataque muy importante", tuvo que reconocer el propio portavoz de las Fuerzas Armadas, Nalin Angammana.
El asalto supone un duro golpe para el Gobierno de Colombo. La base de Pooneryn, construida hace 18 meses, tenía por objetivo controlar el tráfico naval y terrestre entre la península de Jaffna, una de las zonas de mayor implantación de la guerrilla, y el resto del país. Con la virtual destrucción del acuartelamiento, los Tigres del Ejército de Liberación Tamil tendrán libertad de movimiento desde el sur de la isla hasta su feudo en Jaffna, donde los tamiles son la etnia
Precedentes
Esta región ya fue escenario de fuertes combates en el pasado. En el año 1986, los separatistas tamiles asaltaron una escuela militar en la localidad de Nelliady y mataron alrededor de cien soldados del Ejército regular.
Esta ofensiva de los separatistas se produce unas semanas después de una amplia operación lanzada por el Ejército contra los Tigres de Liberación de Eelam Tamil en la localidad de Killaly, en la parte norte del país cerca de la base asaltada ayer, durante la cual murieron unos 350 separatistas, según el balance oficial. Fuentes militares indicaron que el asalto de la base de Pooneryn era sin duda una represalia.
Desde el inicio de la rebelión tamil en la isla, en 1983, han muerto unas 30.000 personas, incluidos un presidente y el primer ministro indio Rajiv Gandhi, asesinado en su país.
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