Israel quiere utilizar los lazos de España con los países árabes para reforzar la paz
El Gobierno israelí pidió ayer al rey Juan Carlos que España y él personalmente aprovechen sus buenas relaciones con el mundo árabe para alentarle a arrimar el hombro en el proceso de paz en Oriente Próximo. Israel pide el respaldo político y ayuda económica para la región, según indicaron fuentes diplomáticas. El Monarca inició su segunda jornada de estancia en Israel recibiendo, sucesivamente, al primer ministro laborista, Isaac Rabin, y al titular de Exteriores, Simón Peres. Por la tarde concedió una audiencia en su suite del famoso hotel King David al líder de la oposición de derechas (Likud), Benjamín Netanyahu.
Sus dos primeros interlocutores recordaron al Monarca la misma solicitud que el jefe de la diplomacia israelí ya formuló a finales de septiembre en Nueva York a su homólogo español, Javier Solana. Ambos tenían en mente no sólo a los países árabes moderados con los que España tiene buenas relaciones, como es el caso de Marruecos, sino a las monarquías del golfo Pérsico con las que don Juan Carlos tiene a veces una estrecha relación personal.Por temor a una reacción hostil de los radicales árabes, estos países se han mostrado muy cautos en su respaldo político al proceso de paz y reacios en la ayuda económica que anunciaron estaban dispuestos a aportar. Ante Rabin, el Rey se mostró dispuesto a colaborar en recabar apoyos a la paz.
A la salida de su entrevista con el Rey, tanto Rabin como Peres fueron parcos en sus explicaciones sobre lo tratado. "Israel", declaró el primer ministro, " va a intentar que España colabore para que se logre un buen entendimiento con los árabes". Más prudente aún, Peres hizo primero un elogio del Monarca. "El Rey está muy al día, muy al tanto de todo. Es muy moderno y mostró buena voluntad e interés", concluyó.
El titular de Asuntos Exteriores israelí celebró la iniciativa española de abolir los visados para sus compatriotas que viajen a España, anunciada por Solana a sus anfitriones. "Puede acelerar el comercio y el turismo entre ambos países", recalcó. La medida será efectiva a partir de principios de 1994.
Rabin tiene previsto efectuar su primera visita oficial a España a principios del año próximo. Con motivo de su viaje se firmará el acuerdo de supresión de visados, un trámite que el Estado israelí ya abrogó de hecho unilateralmente a finales de la década pasada otorgando a los españoles el visado en el mismo puesto fronterizo.
El rosario de peticiones de los interlocutores israelíes del Rey abarcó muchos otros temas. En línea con el jefe del Estado israelí, Ezer Weizman, instaron a España a actuar bilateralmente con sus amigos árabes y a través de la Comunidad Europea (CE) para obtener el levantamiento del boicoteo comercial al que la Liga Árabe somete a Israel. Elogiaron a Francia y, sobre todo, a Alemania, que han introducido legislaciones contra el boicoteo.
El boicoteo no sólo consiste en prohibir las importaciones de productos o servicios israelíes, sino que concierne también a las empresas extranjeras que comercian con Israel y que pueden tener dificultades ala hora de exportar a algunos países árabes. Las consignas de la Liga son, sin embargo, cada día menos eficaces. Antes incluso de que Rabin firmase la paz en. Washington con el líder de la OLP, Yasir Arafat, las medidas de sanción decretadas por la organización panárabe habían empezado a resquebrajarse.
El jefe del Gobierno israelí y su titular de Exteriores expresaron, por último, el. deseo de que España les ayude en su acercamiento a la CE, con la que Israel espera poder empezar a negociar en breve un nuevo acuerdo de libre comercio que actualice el de 1975 e incluya al sector servicios, además de ventajas agrícolas puntuales.
La diplomacia israelí considera a España, junto con Francia y Grecia, como uno de los Estados miembros de la Comunidad más reacios a este proyecto para no verse obligado a hacer concesiones agrícolas a un país cuya producción de frutas y hortalizas es competitiva con la del Levante español.
La víspera de su audiencia con el rey don Juan Carlos, Isaac Rabin no dudó en describir la actitud de la Comunidad Europea (CE)con Israel como "una discriminación injustificada que no puede seguir siendo tolerada por más tiempo".
La delegación española recordó al primer ministro que la CE era el principal donante de ayuda para los territorios ocupados -600 millones de dólares a lo largo del próximo lustro-, de los que se beneficiará la economía israelí en la medida en que sus empresas recibirán numerosos encargos para construir infraestructuras y viviendas. También desmintió la delegación la reticencias españolas ante la negociación de un acuerdo de libre cambio entre Israel y la Comunidad Europea.
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