_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Arbitrariedades de la DGIP

Soy un preso más de los miles que habitamos las cárceles españolas y que padecemos los mismos abusos por parte de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias (DGIP). Soy natural de Las Palmas de Gran Canaria. Hasta el pasado 27 de mayo del año en curso me encontraba internado en el centro penitenciario de Almería, de donde se me destinó al penal de Las Palmas, y he aquí mi sorpresa cuando, el mismo día 27, me envían al centro penitenciario de Zamora, sin motivo que justifique mi presencia en esta prisión, ya que la totalidad de mi familia reside en Las Palmas. Quiero aclarar que la decisión de enviarme a Las Palmas fue del equipo de tratamiento del centro penitenciario de Almería (El Acebuche). Cuando llego a Zamora y trato de que me explique el motivo de mi traslado a esta prisión el personal que a ello corresponde -educadores, asistente social, pedagoga, director, etcétera-, ni ellos mismos lo saben y aducen que son órdenes de Madrid, las cuales considero abusivas y arbitrarias, concretamente, por parte de la Subdirección General del Departamento de Clasificación y Tratamiento, departamento que depende de la DGIP. Con esta actitud, lo que tratan es de fomentar el desarraigo social, manteniendo al interno lo más alejado posible de su entorno familiar, con las consecuencias que ello acarrea. Se contradice con lo dispuesto en el artículo 12.1 (93) del reglamento penitenciario, que dice que en cada área territorial se deberá contar con el número suficiente de establecimientos -plazas- para satisfacer las necesidades penitenciarias y evitar el desarraigo social de los penados. Otra de las contradicciones es lo dispuesto en el artículo 135 de dicho reglamento penitenciario, que dice que la participación de los internos en las diferentes actividades (culturales, educativas, laborales, etcétera) tiene como finalidad inculcar en los mismos sentimientos de solidaridad que les hagan considerarse miembros activos de la sociedad, descartando toda idea de marginación.¿Quién logra entender todas estas contradicciones?-

Centro penitenciario de Zamora.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_