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El Supremo apaga las esperanzas de paralizar la cárcel de Soto

Las obras de la prisión de Soto del Real no se van a detener porque el Supremo ha decid¡do que pueden seguir. El tribunal ha desestimado la petición presentada formalmente por el Ayuntamiento de Navalafuente -328 habitantes, alcalde del PP y situado junto a Soto que pretendía la paralización de los trabajos en tanto se resuelve definitivamente su recurso contra la ubicación del penal. El Supremo ha dictado un auto -los autos resuelven cuestiones previas a la sentencia- donde da la vuelta al calcetín del argumento que se le exponía.El Ayuntamiento, que políticamente alega motivos ecológicos, entendía que es necesario paralizar las obras por "las especiales circunstancias del caso y el cúmulo de infracciones jurídicas" cometidas en la ejecución del penal y que, a su entender, serán apreciadas así en la sentencia que se dicte al respecto en su día. Mientras esa decisión se produce, continuar las obras perjudicaría al "Estado democrático de derecho". Pero el tribunal considera el argumento desde otro punto de vista: si, por el contrario, la sentencia definitiva fuera favorable al Ministerio de Justicia organismo que construye la cárcel y se paralizase ahora la obra, ello causaría un daño a la Administración penitenciaria. Y añade que para discernir la legalidad o no de la construcción es para lo que se presentó el recurso, que se verá en su momento. "Todo acto administrativo goza de la presunción de legalidad", "no puede, por tanto, la alegación de la ¡legalidad de un acto servir de apoyo a la petición de suspensión de un acto administrativo". Además, la resolución se permite comentar que España necesita que se creen más prisiones que ayuden a mitigar la masificación de reclusos que soportan las ya existentes. De esta manera se podrá cumplir el objetivo del sistema penitenciario: la reeducación y reinserción social de los internos. La resolución del tribunal, fechada el pasado 28 de octubre, es la respuesta a un recurso presentado por el Ayuntamiento de Navalafuente contra el acuerdo del Consejo de Ministros que declaró el penal como una obra de "interés social". El Gobierno tuvo que actuar así para saltarse la negativa del municipio de Soto a conceder la licencia de obras.

Los vecinos y los responsables municipales de Soto del Real (2.719 habitantes) se mostraban ayer decepcionados con el fallo judicial. El alcalde, José Luis Sanz Vicente (PP), dijo: "La batalla no está aún perdida", pero admitió: "Esto de la cárcel se pone cada vez más cuesta arriba".

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El Partido Popular anima a sus alcaldes a seguir recurriendo contra el penal de Soto

VIENE DE LA PÁGINA 1La prisión de Soto, llamada Madrid IV, comenzó a construirse en noviembre de 1992, y las obras deben estar concluidas a finales de 1994. Pese al acuerdo del Consejo de Ministros, el Ayuntamiento de Soto ha seguido poniendo trabas a la construcción de penal. De hecho, hace algunas semanas negó a Telefónica y a una central eléctrica los permisos para instalar sus servicios.

El ambiente era pesimista ayer entre los vecinos. Vicente Sanz González, jubilado de 64 años, que teme que su municipio se convierta "en un pueblo de mangantes", aseguraba que en la cárcel -las obras- están muy avanzadas- "ya hay hasta presos". Un hostelero que prefiere permanecer en el anonimato criticaba que "se está construyendo sin- haber recalificado los terrenos, sin licencia municipal y a sabiendas de que otras localidades han suplicado la construcción de la cárcel en sus municipios". El Colectivo Anticárcel va aún más lejos y asegura que "se ha puesto en entredicho la independencia judicial y de manifiesto la manipulación del Gobierno".

El Partido Popular, que impulsó en el Parlamento regional varias iniciativas contra la instalación de la cárcel en Soto consideró "muy negativa" la decisión del Supremo y animó a los alcaldes de la comarca del Manzanares a seguir presentando recursos.

"Que no desesperen y apunten más alto. Que recurran al Tribunal Constitucional", aconsejó el diputado popular Jesús Pedroche. "La cárcel es un empecinamiento político y un atropello medioambiental", remachó.

Izquierda Unida, que se opuso en un primer momento a la cárcel por sus grandes dimensiones -el proyecto original contenía celdas para 2.000 reclusos- consideró "lógico" el acuerdo del tribunal

"Nosotros denunciamos públicamente la demagogia barata de algunos alcaldes de derechas que gobiernan en aquella zona, que se oponían a la cárcel por motivos medioambientales, pero que habrían aceptado cualquier otro equipamiento como un hospital o una urbanización de lujo, más dañinos por su impacto paisajístico", indicó el diputado de IU Adolfo Gilaberte. "Siempre defendimos que este tipo de centros no tienen que ubicarse en el sur, sino que hay que repartirlos por toda la región".

La prisión que ya se alza en Soto contará con unas 900 celdas y podrá acoger a un millar de internos. En otras cárceles, el número previsto inicialmente ha acabado aumentándose. Así ha ocurrido en las nuevas prisiones de Valdemoro y Navalcarnero, donde se han instalado literas en celdas supuestamente individuales.

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