"El Estado debe seguir en la empresa"
Los trabajadores han aprendido de la crisis de Seat. Quieren que el Estado checo conserve una parte del capital para evitar situaciones como las que vive la empresa española. Volkswagen compró en septiembre de 1991 el 31% al Estado y se hizo cargo de la dirección de la empresa.Zdenek Kadlec, jefe del sindicato en la fábrica de MIada Boleslav, no tiene reparos en calificar a su organización "de derechas", pero a renglón seguido dice: "El Estado no debe dejar el capital. En el futuro podemos estar en un peligro similar y nos interesa la experiencia española". La Administración checa y Volkswagen tienen firmado un contrato que establece que el consorcio alemán aumentará su participación hasta el 70% del capital en 1995. Esta participación contrasta con la de Seat, ya que el Estado español vendió su participación a Volkswagen y dejó el Consejo de Administración en 1990. "No está previsto que Volkswagen tome el 100% de Skoda. Puede ocurrir, pero lo que ha dicho el Gobierno es que a lo mejor cede el 30% restante a fondos de inversión", afirma el portavoz de la empresa.
La llegada de Volkswagen a Skoda se nota. A los trabajadores no les ocurre como a aquel empleado de un gran banco norteamericano que cuando se jubiló tras 40 años de trabajo le preguntaron: "¿Qué es lo que más recuerda de estos años de trabajo?". Y contestó: "No tengo un recuerdo especial de nada. Sólo me acuerdo de cuando pusieron el aire acondicionado".
Salarios congelados
La famosa anécdota, utilizada como una forma clásica de decir que la gestión empresarial cambia muy poco en los países de economía de mercado, no sirve en la República Checa. Los trabajadores notan la liquidación del comunismo y sus métodos de trabajo. "La entrada de Volkswagen se nota. Hay que trabajar más y ha mejorado el orden y la limpieza de la fábrica", dice la empleada Bozena Lislerova, que lleva casi tres décadas en la empresa. Als Kosina, de 30 años, que pertenece a la tercera generación de trabajadores de Skdoa de su familia, también dice que se "trabaja más y mejor". "Han mejorado los motores, la calefacción y las cajas de cambio, y somos más exigentes con la calidad. Pero a pesar de todo esto los coches duran menos que antes. La gente los quiere cambiar", añade sorprendido.
El portavoz de la empresa también lo dice: "Aquí se gana más, pero se viene a trabajar". El jefe del sindicato mayoritario, Zdenek Kadlec, también opina que los métodos de trabajo mejoran. Pero se queja de que los salarios están congelados y no crecen igual que la productividad.
[Los 2.000 empleados que debían haber acudido a trabajar ayer a la planta de Seat en Martorell (Barcelona) secundaron la huelga convocada por los sindicatos, que acordaron no realizar horas extras ni turnos los sábados en protesta por el cierre de la factoría de la empresa en la Zona Franca, informa Efe].
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