"Es injusto culparnos de no actuar en Bosnia"
El secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, asegura que le preocupa el posible tráfico ilegal de armamento nuclear, y considera que, si la organización defensiva desapareciera la seguridad de Europa y del mundo occidental quedaría gravemente comprometida. Wörner lucha actualmente contra una grave enfermedad (ha sufrido recientemente una operación para extirparle un cáncer intestinal), lo que ha disparado las especulaciones sobre su posible retirada del cargo.Pregunta. La OTAN sufre una grave crisis de identidad. ¿Qué está ocurriendo?
Respuesta. Yo no veo tal crisis. Mantenemos el viejo objetivo de garantizar la seguridad de los países miembros y lo podemos hacer con menos medios militares. Actualmente hay dos nuevas tareas que debe abordar la Alianza: la crisis de organización y la proyección de la estabilidad a los países de la Europa del Este. Son dos tareas cruciales. Nuestro objetivo ahora no es disuadir una amenaza procedente del Este sino proporcionar estabilidad a un mundo cada vez más inestable. Por consiguiente, no sufrimos una crisis de identidad.
P. Sin embargo, los países miembros están reduciendo fuerzas militares y presupuestos...
R. Bueno, eso es porque estamos menos amenazados. Es verdad que hay más conflictos, pero son pequeños. Los nuevos riesgos a los que nos enfrentamos podemos tratarlos con medios militares más reducidos. El recorte en los presupuestos y en fuerzas militares es en cierto modo legítimo, aunque nos estamos aproximando a un nivel por debajo del cual no debemos caer.
P. Hay un cierto sentimiento de impotencia ante la inoperancia de la OTAN para enfrentarse a las guerras que sacuden hoy a Europa, sobre todo en la antigua Yugoslavia.
R. La Alianza es un instrumento eficiente a través del cual sus países miembros pueden afrontar cualquier conflicto importante, pero esto depende de la voluntad política. La OTAN se puede usar para lo que se quiera. Como ejemplo de lo que podemos hacer tenemos un mandato de la ONU para ejecutar el embargo contra Yugoslavia en el Adriático y establecer una zona de exclusión aérea sobre Bosnia-Herzegovina, y eso lo estamos haciendo de manera eficiente. Estamos preparados para proteger a los cascos azules en la antigua Yugoslavia, y nuestros aviones están volando allí. Podemos intervenir si los Estados miembros y la ONU deciden que lo hagamos. Por consiguiente, el instrumento tiene capacidad. La organización puede enfrentarse a cualquier contingencia en nuestro entorno.
P. ¿Y no es hora ya de actuar de una vez y acabar con la matanza?
R. La OTAN no es un ente separado de los países que lo integran. Es el reflejo de lo que quieren sus miembros. Si mañana las Naciones Unidas nos da el mandato de ejecutar el plan de paz en Bosnia, así lo haremos; si nos pide que llevemos a cabo bombardeos en Bosnia, también lo haremos. No se nos puede responsabilizar de la situación. En el conflicto yugoslavo, el liderazgo está en manos de las Naciones Unidas, y todo el mundo lo quiere así. Ella decide la acción a aplicar. Es injusto culpar a la OTAN. La responsabilidad recae en la ONU, no en la Alianza. Nosotros hemos hecho, y seguimos haciendo, lo que nos dicen que hagamos.
P. ¿La intervención militar ha sido ya descartada?
R. Cuanto más se espere, la intervención militar será cada vez más difícil y complicada. Esta opción no ha sido completamente excluida, aunque es muy poco probable que se produzca. En este momento debemos tratar de que se llegue a un acuerdo político. Por otra parte, el concepto de ataques aéreos aún es válido, y creo que si todos, los esfuerzos fracasan puede Hegar un momento en que haya que reconsiderar otros medios, como, por ejemplo, levantar el embargo de armas.
P. Los países del este de Europa están pidiendo el ingreso en la OTAN. ¿Es esto realista en estos momentos?
R. Yo creo que sí. Ello les daría una seguridad y estabilidad adicionales, y por eso precisamente quieren incorporarse. Pero es un proceso que necesita tiempo. No puede ocurrir de la noche a la mañana. La cumbre [de la OTAN en enero], desde mi punto de vista, debería declarar unos principios para la aceptación de nuevos países. Habría que intensificar la cooperación con ellos. No les vamos a dejar solos. Les mantendremos cerca de la OTAN, y algunos, con el tiempo, se convertirán en miembros de pleno derecho.
P. ¿Rusia acepta eso?
R. Hay que mostrar a Rusia que hagamos lo que hagamos no será para tratar de excluirla de Europa ni de la comunidad euroatlántica. Debemos demostrar a los rusos que tenemos en cuenta sus legítimos intereses. Tenemos que establecer también con ellos lo que yo llamo una colaboración estratégica. Creo que la incorporación de Rusia a la OTAN en este preciso momento no es deseable para Moscú ni es tomado en consideración por la Alianza.
P. ¿Las garantías de seguridad del artículo 5 del Tratado de la OTAN [un ataque contra uno de los países miembros se considera un ataque contra todos] serían aplicables a los países del Este en esa fase de colaboración estratégica?
R. Esa garantía se tiene cuando un país es miembro de pleno derecho. Los países que aún no lo son, pero cooperan estrechamente con la OTAN, no tienen garantías de seguridad. Es erróneo ver este asunto en blanco o negro. Hay otras muchas posibilidades. En concreto, la creciente cooperación con nosotros, como es el caso de los polacos y los húngaros, representa un beneficio para su estabilidad. Un agresor potencial debería tener en cuenta la reacción de la OTAN antes de atacar. La OTAN todavía tiene un efecto disuasorio.
P. ¿Le preocupa que el armamento nuclear ruso y ucranio caiga en otras manos?
R. Rusia ha prometido un control efectivo de ese armamento. Una situación de crisis crea peligros, pero me preocupan más los científicos rusos que pierden su trabajo y lo buscan en países del tercer mundo para conseguir buenos salarios.
P. ¿Hay tráfico ilegal de armas nucleares?
R. Sabemos que hay algunos intentos, pero hasta ahora no han tenido realmente éxito. El peligro existe y es creciente. Afortunadamente, Rusia es consciente de ello, y sé que se lo están tomando muy en serio.
P. EE UU está reduciendo su presencia militar en Europa. ¿Cree que está perdiendo interés en nuestro continente?
R. Hay un movimiento en desarrollo en EE UU contra el intervencionismo en el exterior, pero aún no ha llegado al punto del aislacionismo. Ellos saben que necesitan a Europa. Nuestro destino es mantenernos juntos. Mi firme convicción es que EE UU mantendrá sus compromisos con Europa, aunque ésta deberá asumir mayores responsabilidades en su propia seguridad. Necesitamos a EE UU, y EE UU nos necesita a nosotros. Las relaciones transatlánticas deben ser mantenidas y reforzadas.
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