La Comisión aprobó los fondos estructurales con tres votos en contra

El último acto de la tragicomedia de los fondos estructurales se cerró ayer con una votación en el seno de la Comisión Europea, en la que 10 comisarios, entre los que se incluía el presidente Jacques Delors, dieron la mayoría suficiente para aprobar el reparto de los 94.000 millones de ecus (14'35 billones de pesetas) a las regiones de renta más baja. Votaron en contra los comisarios italianos, el griego y el irlandés, y se contabilizaron tres ausencias, entre ellas la del español Manuel Marín.

Las previsiones españolas quedaban satisfechas y aprobadas, mientras que Italia, Grecia e Irlanda quedaban con mal sabor de boca, aliviado por una presentación diplomática preparada por la Comisión Europea. Las cifras finalmente aprobadas confirman las expectativas de Madrid: 26.300 millones de ecus (4 billones) en fondos del objetivo 1 (regiones con renta en el 75% de la media de la CE), que sumados al Fondo de Cohesión (7.900 millones de ecus) y a los fondos de iniciativa comunitaria (2.200 millones de ecus) arrojan la cantidad de 36.400 millones de ecus (5,5 billones de pesetas) prevista.

Las cantidades decididas, que fijan en una cifra las horquillas aprobadas por el Consejo de Ministros el 19 de julio, siguen siendo indicativas, por lo que podrán mejorar en función de la calidad de los proyectos y de la buena gestión de las inversiones. A mitad de camino entre 1994 y 1999 la Comisión se compromete a hacer una evaluación para corregir hipotéticas desviaciones. La diferencia entre la realidad y el deseo es de unos 1.000 millones de ecus (150.000 millones de pesetas) para Irlanda, 2.000 millones de ecus (300.000 millones de pesetas) para Italia y unos 800 millones (122.000 millones de pesetas) para Grecia. La votación de ayer evitó que coincidiera esta decisión presupuestaria con la celebración del Consejo Europeo, programado para el 29 de octubre, en cuyo caso, la reunión de jefes de Gobierno podría haberse visto contaminada.