Jackson Browne defiende el espíritu de los años sesenta
El músico norteamericano ofrece hoy en Madrid su única actuación española
El éxito de un músico en Estados Unidos no siempre implica la rendición europea ante sus canciones. Jackson Browne es un buen ejemplo. Considerado como uno de los cantautores más influyentes de la costa oeste, defensor del espíritu de los años sesenta y habitual de las causas ecologistas, este semidesconocido del público español. presenta hoy en Madrid su último disco, I'm alive, que considera como una de sus obras más íntimas y personales.
Es la segunda vez que Jackson Browne actúa en Madrid. Su larga carrera ha dejado a un lado el continente europeo, a pesar de haber nacido en la ciudad alemana de Heidelberg. "Fue un accidente", dice Browne, que a sus 45 años conserva ese aire adolescente que siempre ha marcado su aspecto. "Mi familia es estadounidense y viví en Alemania muy poco tiempo".Parlanchín y amable, a pesar de negarse rotundamente a posar para los fotógrafos, Browne parece querer recuperar el contacto con el Viejo Continente. "Para los estadounidenses, Europa es un continente con una cultura legendaria, muy fuerte y muy rica. Es el sitio donde se viene a rematar la faena si tienes éxito en Estados Unidos. En esta ocasión ha sido al contrario, y quiero estar seguro que va a ser conocido por los europeos. Por eso, antes de publicarlo vengo a cantar".
A causa de este distanciamiento, Browne nunca ha sido un músico mayoritario en Europa y sus canciones apenas han salido del círculo de los amantes de los sonidos californianos. "Creo que soy bastante desconocido. He tenido ofertas para actuar en pequeños clubes, pero económicamente eran difíciles de afrontar. El idioma también es un handicap. Soy un cantautor, e incluso los americanos no captan a veces el sentido de lo que quiero expresar. También existe el tema de las traducciones. He leído dos traducciones de los poemas de Pablo Neruda y no tienen nada que ver. Tengo la impresión de que no he leído a Neruda. Con la música pasa algo parecido, aunque, como la melodía no tiene idioma, puedes conectar mucho más con la gente".
Su complicada biografía, la permanente relación con causas ecologistas y una vida personal no exenta de episodios dramáticos parece que también han afectado a la trayectoria musical de Browne, que no se ha caracterizado por la periodicidad de sus trabajos. "Mi vida personal y musical están tan separadas que no puedo estar en las dos a la misma vez. No tengo tiempo suficiente para mis dos hijos y para mi sobrino, que ahora vive conmigo. Escribo muy lentamente. Soy muy crítico conmigo mismo, y cuando termino algo tiene que ser lo mejor que puedo dar. Quizás debería intentar hacer muchas canciones, pero no va con mi forma de ser".
Definido por algunos críticos norteamericanos como "el frío lamento blanco", Jackson Browne nunca ha tenido reparos en aceptar la elemental sencillez de sus canciones. "El rock americano está basado en tres acordes, aunque me gustaría saber seis", dice irónico. "Estoy aprendiendo constantemente, pero soy un creador y no puedo crecer de manera consciente. Todo nace inconscientemente, de la propia creatividad. Mi nuevo grupo puede ayudar a desarrollarme y a evolucionar. Donde menos te lo esperas aparece el factor sorpresa y tu música puede evolucionar". Y Browne termina hablando de su último disco, la razón de su recital de hoy en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. "I'm alive es una vuelta a la búsqueda de algo más personal en las letras, pero musicalmente es una continuación de toda mi carrera anterior".
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