Atentados, obras y accidentes siembran el caos

Madrid vivió ayer una de sus peores mañanas desde que la ciudad volvió de vacaciones. La ausencia del cuarto carril en la carretera de La Coruña, dos averías en el metro, varios accidentes y los atentados cometidos en el centro de la capital sembraron el caos en el tráfico. La hora punta se prolongó dos horas.El primer disgusto lo dio la N-VI. A consecuencia de las obras de asfaltado de esta vía, dos carriles de salida de Madrid permanecieron cortados hasta las 8.15. Las retenciones alcanzaron los 20 kilómetros.Las retenciones afectaron también a la salida de Madrid por la N-VI y al tramo de la M-30 que conecta con esta misma carretera. Por si fuera poco, un vehículo se averió en plena M30, a la altura del puente de Segovia, sobre las ocho de la mañana, y originó una densa humareda.

Las carreteras de acceso tampoco se libraron de los problemas. El caos circulatorio se dejó sentir en especial en la de Colmenar, a causa del atropello de un peatón, y en la de Andalucía, donde las retenciones alcanzaron los nueve kilómetros.En el interior de la ciudad, el atentado perpetrado sobre las 8.30 en la confluencia de las calles de Hermosilla y de Alcántara provocó cortes de tráfico y complicó la circulación.

Los viajeros del metro también se encontraron con cortes imprevistos. El servicio estuvo interrumpido en la línea 5, entre las estaciones de Marqués de Vadillo y Oporto, a causa de la avería de un tren, y en la línea 10, entre Batán y Aluche, por una caída de energía. La circulación de los trenes, más lenta de lo habitual, no se restableció hasta las once de la mañana.