Las reticencias de Israel a liberar presos palestinos enturbian el proceso de paz
Dennis Ross, el coordinador del Departamento de Estado norteamericano, se encontraba anoche en Túnez, la sede de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Trataba de asegurar a Yasir Arafat que el apoyo estadounidense al proceso de paz permanece invariable. Pero nada se sabía del resultado de ese empeño y la ausencia de declaraciones optimistas era atribuible a un hecho ineluctable.Para indignación de los palestinos, Israel sigue permitiendo asentamientos judíos en Cisjordania, y en Siria son cada vez más sonoras las objeciones que pueden alterar dramáticamente el proceso de paz. "Arafat debe saber que su distanciamiento con Damasco se está convirtiendo en un problema serio", comentó un alto dirigente de la OLP en Ammán.
Los propios israelíes dieron señales de que el proyecto de paz con los palestinos, consolidado con la firma de la declaración de principios en la Casa Blanca el pasado 13 de septiembre, podría sufrir demoras. El primer ministro laborista, Isaac Rabin, declaró el domingo que es improbable que Israel y la OLP completen sus conversaciones a tiempo para dotar de autonomía a Gaza y Jericó en dos meses.
Las conversaciones palestinoisraelíes para poner en ejecución el plan que debe comenzar con la retirada del Ejército israelí de Gaza y Jericó a partir del 12 de diciembre se desarrollan en el balneario egipcio de Taba. La principal complicación, dicen fuentes allegadas a esos contactos secretos, atañe a la cuestión de los 12.000 prisioneros palestinos en cárceles israelíes. Según informes periodísticos en Israel, el Estado hebreo está dispuesto a liberar a menos de la mitad y ni siquiera hay fecha.
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