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Las mujeres, entre 15 y 25 años, fuman más que los hombres

El fuerte incremento en el número de mujeres fumadoras y la disminución de la edad a la que se inicia el hábito de fumar son los dos aspectos que más preocupan a los especialistas implicados en la lucha contra el tabaco. El tabaquismo, bajo el lema Sin humo entre nosotros, ha sido este año el objetivo de la Semana Europea contra el Cáncer, que finalizó ayer, organizada por la Comisión Europea y el programa Europa contra el Cáncer.Los jóvenes españoles empiezan a fumar entre los 13 y los 15 años. Y, por primera vez, las estadísticas muestran que el índice de mujeres fumadoras entre los 15 y los 25 años empieza a superar al de fumadores. Según una encuesta de la Organización Mundial de la Salud, realizada hace tres años, el 31% de las chicas con 17 años declaraba fumar diariamente, frente al 25% de los chicos, en un curso de Formación Profesional.

"La presión publicitaria va fundamentalmente dirigida a las mujeres", afirma Andrés Jiménez, responsable de la Unidad de Tabaquismo del Hospital de la Princesa de Madrid. "Y esto hace mella, sobre todo, en los grupos más jóvenes". En España, fuma el 36% de la población -uno de cada dos hombres y una de cada cinco mujeres- y se estima que el 13% de todos los fallecimientos por cáncer en nuestro país se deben al tabaco.

"Las mujeres han empezado a fumar mucho más tarde que los hombres pero, en los próximos 15 años, empezaremos a notar las consecuencias de la expansión de este hábito entre ellas", explica Jiménez. El cáncer de pulmón constituye ya, en la actualidad, la segunda causa de muerte por cáncer entre las mujeres en Estados Unidos, después del de mama.

El humo del tabaco en ambientes cerrados constituye, además, uno de los contaminantes atmosféricos más importantes, según los expertos, y su impacto sobre la salud de los no fumadores duplica al de otras sustancias contaminantes. El humo que escapa por el papel del cigarrillo y el que expulsa el fumador constituyen lo que se denomina corriente secundaria de humo, frente a la corriente primaria, la que absorbe el fumador. Las sustancias tóxicas presentes en ambas corrientes son similares, pero están en mayor cantidad y con una mayor concentración en la corriente secundaria.

"Aunque este humo está en contacto con el aire y la cantidad que aspira el fumador pasivo es siempre menor que la que absorbe el fumador activo, las partículas de la corriente secundaria son más pequeñas y se depositan más fácilmente en el aparato respiratorio", explica Andrés Jiménez.

El 90% de los cánceres de pulmón los produce el tabaco y esta enfermedad sería una rareza si no existiera el tabaco, según los especialistas. Y lo mismo ocurre con otras enfermedades como la bronquitis crónica. "La contaminación de las ciudades es un factor que contribuye a su aparición, pero, por sí sola, no las causa. La causa determinante es, sin duda, el tabaco", afirma Andrés Jiménez.

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