Toda Argentina se mareó
Un poco menos de sangre corrió por la arteria, algo menos de oxígeno llegó al cerebro de la Argentina soñada y todo el país se mareó al punto de casi perder la razón. Entre el discurso de los médicos que coinciden en asegurar que su indisposición cardiovascular "no es nada serio" y el de los empresarios que hacían saber de su preocupación con rostros desencajados, había una distancia que demuestra hasta qué punto el destino del "modelo argentino" está puesto en las manos de Dios o de Menem. La imagen del jefe del Estado fue proyectada después de las recientes elecciones parlamentarias, en las que obtuvo el 43%, a una dimensión fuera de la realidad.Con Menem más activo que nunca, participando en fiestas, partidos de fútbol e improvisando cuatro discursos diarios se le contrajo una arteria y unos cuantos miles de súbditos tuvieron síntomas de infarto. Pero, tranquilos, como el mismo Menem dirá mañana: "Nadie se muere en la víspera".
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