La ONU pone en la picota a Croacia por una matanza
El Gobierno de Zagreb niega haber planeado el asesinato del 70 civiles serbios en Krajina
"La operación de Medak [en la que tropas regulares del Ejército croata perpetraron una matanza de civiles serbios en el sur de Krajina] fue organizada desde Zagreb", aseguran fuentes de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) en Zagreb, que desean mantener el anonimato. Éstas descartan por completo la tesis de que los sucesos se debieran a un exceso de un jefe local fuera de control, insinuada en la prens a croata y apoyada por el Gobierno."Ignoramos si existe un responsable civil, pero todo apunta a que el cerebro de Medak es el general Bobetko, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Croacia", afirman en Unprofor. "El elevado número de soldados implicados, la cantidad de explosivos desplazados, la metódica destrucción de más de 500 casas y el asesinato de al menos 70 civiles no se improvisa", explican. "Es una operación llevada a cabo con extraordinaria precisión y sangre fría".
"Os queremos, regresaremos", reza como un lema publicitario. La firma, la U de ustashi, los fascistas croatas que asesinaron a cientos de miles de civiles serbios durante la II Guerra Mundial, delata lo sanguinario del mensaje. Escrito por el pulso firme de las tropas regulares del Ejército de Croacia, está allí, como una advertencia eterna, en una pared superviviente a la operación de tierra quemada llevada a cabo el 9 de septiembre en el denominado bolsillo de Medak.
Los destinatarios de la macabra misiva son los familiares de los 70 serbios asesinados en Poctelij, Citluk y Divoselo, los tres pueblos martirizados, y lo son los otros miles de civiles serbios que viven en el resto de la región de Krajina. La sangrienta incursión de Medak no parece casual; forma parte de una deliberada estrategia política del Gobierno del presidente Franjo Tudjman: mantener viva la tensión militar en la zona con el fin de recuperar por la fuerza, y a corto plazo, el territorio perdido en favor de los serbios en la guerra de 1991.
Dos generales destituidos
El informe oficial de los sucesos de Medak, aprobado el jueves pasado por el comandante en jefe de Unprofor en la antigua Yugoslavia, general Jean Cot, ha caído muy mal en Croacia. Zagreb ha prometido lo que denomina "una investigación independiente" y ha anunciado la destitución de dos generales de segundo nivel, pero el ministro de Exteriores, Mate Granic, ha rechazado las acusaciones y asegura que "todas las personas muertas" durante la ofensiva croata "iban armadas, vestían uniforme y habían opuesto resistencia activa al Ejército croata".Los croatas insisten en la tesis de la parcialidad de Unprofor al reclamar a la ONU el mismo celo investigador con los "miles de civiles croatas desaparecidos en la guerra de 1991", según solicita el Ministerio de Información, donde aseguran sentirse perseguidos por Occidente y por la prensa.
El tribunal internacional creado en febrero por la resolución 808 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el fin de perseguir los crímenes de guerra perpetrados en el territorio de la antigua Yugoslavia desde 1991, "se halla totalmente bloqueado por las diferencias entre sus propios creadores", dice un experto francés en asuntos relacionados con los derechos humanos. "En estos momentos es un instrumento poco realista. ¿Se imagina usted a Misolevic, Karadzic, MIadic o al mismo Tudjman en el banquillo de los acusados?", pregunta. Y añade: "Con mucha suerte, tendremos un par de segundones para que las grandes televisiones puedan tomar un plano".
En Unprofor nadie confía en los resultados de la investigación independiente que supuestamente ha iniciado el Gobierno de Tudjman sobre lo ocurrido en Medak el 9 de septiembre. "Somos bastante escépticos", dicen en Naciones Unidas. Ni una sola investigación conducida por una de las partes ha ofrecido nunca como resultado la identificación o el procesamiento de uno de sus miembros. Un ejemplo: los responsables del Consejo de Defensa Croata (HVO), inductores o autores directos de las matanzas de Anhici y otros pueblos de Bosnia central, donde en abril murieron cientos de civiles musulmanes abrasados en sus casas, viven todavía impunes, casi sin conciencia, en algún lugar de la región de Vitez. "La diferencia entre lo que pasa en Bosnia-Herzegovina y lo que ha ocurrido en Medak es grande", dice el experto en derechos humanos. "Allí hay una guerra despiadada y, aunque eso no lo justifica en modo alguno, todo el mundo mata y lleva a cabo su particular limpieza étnica; pero en el caso de Medak se trata de una acción aislada, cometida a sangre fría por tropas regulares y disciplinadas de un país internacionalmente reconocido y al que se le supone una adhesión a principios básicos de comportamiento. Se trata, sin duda, de un precedente muy peligroso".
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