Los 'cascos azules' desfilan en Madrid ante el Rey

El desfile de 1.500 soldados para conmemorar ayer la Fiesta Nacional en el paseo de la Castellana, en Madrid, ante la Familia Real, el Gobierno y altas personalidades del Poder Judicial y Legislativo tuvo como nota distintiva la participación de miembros de la Agrupación Canarias, que concluyó recientemente una misión humanitaria de seis meses en Bosnia-Herzegovina. Por primera vez, la ofrenda floral del Rey al monumento a los caídos del 2 de Mayo de 1808 en la plaza de la Lealtad no era sólo una referencia histórica: 10 soldados españoles han perdido este año su vida en la antigua Yugoslavia.

El acto oficial de conmemoración del 12 de octubre comenzó en Madrid a las 11.30. Don Juan Carlos pasó revista a las tropas formadas en la Castellana, en la inmediaciones de la plaza de la Lealtad. A continuación, mientras una banda de la Guardia Real cortaba el relente con los sones de La Muerte no es el final, el Rey depositaba una ofrenda de laurel en el monumento de homenaje a "los que dieron su vida por España".Los disparos de las salvas por una dotación de la Guardia Real parecieron perforar las nubes. La lluvia, que hasta ese momento era una amenaza, se hizo presente. Y pilló desprevenidos a la familia real, al Gobierno y demás autoridades presentes.

El Rey, con uniforme de capitán general de los tres Ejércitos, aguantó a pie firme la lluvia desde el arranque del desfile de las tropas. La Reina no tardó en conseguir un amplio paraguas negro, mientras que las infantas Elena y Cristina, mediado el acto y ya algo empapadas, lograron hacerse con otro. José Luis Corcuera, ministro del Interior, para envidia de sus compañeros de Gabinete, fue el primero en lograr una gabardina, mientras que media docena de sus compañeros tuvieron que soportar el aguacero en traje de chaqueta como Juan Alberto Belloch, titular de Justicia.

La lluvia produjo extraños maridajes, como ver bajo un mismo paraguas al presidente y al alcalde de Madrid, Joaquín Leguina y José María Álvarez de Manzano. En el Ejecutivo, también se producían maniobras de aproximación, no por sensibilidades renovadoras, sino por pura integración bajo el paraguas.

Entre las unidades que desfilaron se encontraban un batallón del Ejército de Tierra formado una compañía de la Legión, una de la División Acorazada, una de la Brigada Paracaidista y otra del Grupo de Operaciones Especiales.

También desfiló un batallón de la Armada, integrado por sendas compañías de infantería de marina y de marinería de la flota, y un escuadrón del Ejército del Aire, compuesto por tres escuadrillas. Asimismo intervinieron en la celebración una escuadra de gastadores, un batallón de la Guardia Real, una compañía de guardias jóvenes de Valdemoro (Madrid) y un escuadrón de caballería de la Guardia Civil.

El público vitoreó a los Reyes, que tras el desfile dieron una recepción oficial en el Palacio de Oriente a la que acudieron unas mil personas. Además de la familia real -con la excepción del Príncipe de Asturias, que cursa estudios en Estados Unidos-, asistió el Gobierno -excepto dos ministros- y representantes del Poder Judicial y Legislativo -menos IU y PNV-, y un amplio grupo de personalidades, como el ex magistrado Baltasar Garzón; el director de la Guardia Civil, Luis Roldán; el novelista Camiló José Cela; el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo; el ex ministro de Economía Miguel Boyer -al que acompañaba su esposa, Isabel Preysler-, presidentes autonómicos y directores de medios de comunicación.